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martes, 18 de diciembre de 2012

Imágenes (V)


Mi alma te entregué,
mi cuerpo te deseó,
mi corazón te amó.
Herida me has dejado,
por muerta me has dado,
pero un día recordarás,
que cómo yo te amé,
nadie te amará

martes, 11 de diciembre de 2012

Último día

Os recuerdo que mañana es el último día que podéis adquirir este libro.
Si lo queréis, Pinchad Aquí
Gracias a todos por vuestro tiempo, dedicación y apoyo.
Un beso, un abrazo y un mordisco

sábado, 8 de diciembre de 2012

Imágenes (IV)

Cama de rosas

Foto: Esta noche en tu cama yaceré. 
En una cama de rosas te amaré.
El silencio se romperá con nuestros te quiero.
La luna llorará en soledad.
Esta noche, eterna y corta será,
Tu cuerpo mi sed saciará,
Tus manos mil caricias prodigaran,
Y mis labios, millones de besos te darán.
Esta noche, en una cama de rosas te amaré,
Y el resto de mi vida, junto a ti la pasaré.

Feliz Fin de Semana


Esa noche en tu cama yaceré.
En una cama de rosas te amará.
El silencio se romperá con nuestros te quiero.
La luna llorará en soledad. 
Esta noche, eterna y corta será.
Tu cuerpo mi sed saciará.
tus manos mil caricias prodigarán.
Mis labios, millones de besos te darán.
Esta noche, en una cama de rosas te amaré.
Y el resto de mi vida, junto a ti permaneceré.

viernes, 7 de diciembre de 2012

Pequeños consejos (I)

Buenos días a todos.
Como todos sabéis, llevo un tiempo reestructurando mis novelas y corrigiendo errores que he detectado. Y he pensado, ¿por qué no expongo con todos vosotros todas estas cosas? Sobre todo porque cada día veo a más gente que se auto edita y sería una buena idea que tuvieran algo más a lo que agarrarse para conseguir que su novela tenga mayor éxito y esté mejor acabada. 
Así que, escuchando las críticas recibidas por parte de mis innumerables lectores y haciendo un acto de auto crítica, os iré diciendo algunas pequeñas cosas que he visto que sí que funcionan y que nos ayudan a tener un trabajo más atractivo y mejor finalizado.
En los próximos días iré dejando pequeños consejos que creo que son muy interesante. 
Un beso, un abrazo y un mordisco. 

lunes, 3 de diciembre de 2012

Imágenes (III)


Buenos días Ángeles Ocultos:
Hoy os dejo un pedacito de un proyecto que escribí hace diecisiete años. 
Espero que os guste. 


Seguna oportunidad


Mat se acercó en silencio hasta Tina y vio que estaba llorando. Las lágrimas corrían por sus mejillas y algo se rompió un poco más en su interior. Sin poder evitarlo, acabó sentándose a su lado.
―No me gusta verte llorar ―soltó sin pensar ante la atónita mirada de Tina.
― ¿Qué haces aquí? ―preguntó confundida. Mat ni siquiera la había mirado a los ojos.
―He salido a dar un paseo. Te he visto y no he podido evitar acercarme a ti ―dijo con suavidad mientras la miraba con dulzura.
― ¿Qué quieres ahora, Matthew? ―demandó Tina mientras se secaba las mejillas.
―Esas lágrimas, ¿son por mi culpa?
Tina respiró profundamente mientras trataba de buscar fuerzas en su interior para hablar con él―. Sí ―terminó confesando.
―Te ruego que me perdones. Lo que he dicho en casa de Rosa ha estado mal, muy mal. No debí insinuarlo ―la sinceridad se reflejaba en su rostro y en sus palabras.
―Yo también te debo una disculpa. No he debido pegarte ni gritarte.
―Estabas en tu derecho. Me he comportado como un capullo. De verdad que lo siento ―se disculpó mientras trataba de agarrarle una mano. Pero Tina no le dejó. Se metió las manos en los bolsillos de la chaqueta del chándal.
―De todas formas, no tenía derecho a hablarte ni a comportarme como lo he hecho ―dijo mientras se ponía en pie. Estaba temblando y sabía que no era porque la temperatura empezaba a bajar.
― ¿Te vas? ―pregunto Mat desconcertado. Cada vez que quería hablar o estar cerca de ella, ella huía, bien por miedo, bien porque él se comportara como un imbécil. Tina ni siquiera respondió. Se encogió dentro de la chaqueta, haciéndose más pequeñita, y le dio la espalda. Mat no lo pudo evitar, se puso en pie de un salto y la agarró por el brazo―. ¿Por qué huyes de mí, Tina? Cada vez que te miro me esquivas, tiemblas cuando estás cerca de mí, sales pitando a la mínima oportunidad que tienes. ¿Por qué?
―Porque es lo mejor para los dos ―musitó ella mientras trataba de zafarse de su sujeción.
―No creo que sea lo mejor para mí, Tina ―con dulzura la obligó a darse la vuelta y a encararlo. Quería verle los ojos mientras hablaba con ella, tratar de descubrir por qué había tanta tristeza y dolor en ellos. En aquellos hermosos pedazos de eterna noche, Mat vio un resquicio de esperanza. Durante una millonésima de segundo, vio algo que no supo descifrar. Pero tan pronto como vino, se fue, y Tina trató de escapar de la penetrante mirada verde de Mat―. Me gustaría correr el riego de conocerte ―dijo mientras se acercaba un poco a ella.
―Me acabarás odiando, Matthew ―confesó ella dando un paso atrás―. Es mejor que regreses a Barcelona, que te olvides de mí.
―No puedo. Pero sobretodo, no quiero ―tiró suavemente de su brazo para acercarla a ella. Tina luchó contra aquello que él despertaba en ella. Trató de zafarse de su sujeción y se resbaló con una piedra llena de diminutas algas. Mat pasó su brazo por la cintura de Tina y la retuvo contra él. De cerca, Tina era preciosa.
―Vete, Matthew. Vuelve a Barcelona ―musitó casi sin aliento Tina mientras temblaba entre sus brazos.
―No. Tus ojos dicen que no quieres que me vaya ―respondió con contundencia mientras agachaba ligeramente la cabeza. Sus ojos estaban fijos en los labios de Tina, como si estuviera hipnotizado.
―Matthew, ¡suéltame! ―le exigió con contundencia.
―No ―repitió él mientras eliminaba los más de veinte centímetros que los separaba de altura. Los centímetros se convirtieron en milímetros y Tina supo que tenía que reaccionar antes de que fuera demasiado tarde. Si Mat la besaba, estaba perdida. Tiró con fuerza y se liberó de su sujeción, le dio un fuerte empujón, haciendo que Mat perdiera el equilibrio y echó a correr por la playa. Eres lo mejor que me ha pasado en la vida. Las palabras que Matthew le había dicho años atrás regresaron a su mente con virulencia, consiguiendo que las lágrimas volvieran a correr sin control por las mejillas de Tina. Su infierno había regresado, encarnado en el rostro de un hombre hermoso con unos increíbles ojos verdes y un cuerpo de infarto.