Buscar este blog

Páginas vistas en total

martes, 28 de junio de 2011

El libro de Jade (Saga Vanir)

Hoy no quiero hablaros de mí ni de ninguno de mis libros. Hoy quiero hacer un pequeño homenaje a Lena Valenti y a su saga, La Saga Vanir. Primero, porque lo que escribe esta mujer es absolutamente increíble. Te deja sin aliento, rota por dentro del cúmulo de emociones que te hace sentir. Lloras, ríes, sufres, amas, caes, te levantas, vuelves a caer para volver a levantarte, No hay tregua, no hay cuartel. No hay forma humana ni inhumana de dejar de leer sus libros.
Segundo, porque Lena Valenti me ha demostrado en multitud de ocasiones que es una mujer como pocas. Tiene un corazón que no le cabe en el pecho, una mujer comprometida con la gente novel como yo. Mi sopresa siempre ha sido mayúscula cuando ella ha leído mis libros, y me ha dado su opinión, y cuando voy a la librería y compro un libro y de pronto veo que Lena ha dejado su opinión, pues bueno, me quedo sin palabras. ERES GRANDE LENA, MUY GRANDE!!!!!
Por eso, hoy quiero recomendaros sus libros. Porque a pesar de los miles de ejemplares que vende, de los miles de seguidores que tiene y de los premios que ha ganado, parace que en esta país, si no eres estrangero, no te reconocen, y Lena se merece ese reconciemiento.
Así, que desde este humilde blog, desde esta humilde servidora que te debe muchísimo, Lena, quiero recomendaros su primer libro, EL Libro de Jade, el primero de La Saga Vanir. Os dejo la sinopsis, y si os recomiendo encarecidamente su lectura. No os decepsionará.
Mordiscos a todos, en especial para ti Lena!!!!
Caleb es un hombre atormentado. Un vanirio, un ser inmortal creado por los diosrs escandinavos ara proteger a lo shumanos de aquellos que no han sabido resistirse a la sangre y al poder. Ahora ha llegado a Barcelona para dar con la extraña organización que está secuestrando y asesiando a todos aquellos que son como él. Busca venganza y no dudará en llevarse a Eileen Ernepo, la hija del científico loco que está experimentando con los cuerpos de sus amigos. Ella será la respuesta a toda aquella red de sangre e injustificada violencia hacia los suyos. Eileen tendrá que pagar. Sin embargo nunca imaginó que la joven se convertirá en su perdición. Eileen vivía dentro de una apacible normalidad. Trabaja en la empresa familiar como Relacione sPublicas, tenía un buen sueldo y quería con locura a su huskie y a sus dos único amigos que mantenía desde la infancia. Además se acaba de licenciar en Pedagogía y le habían ofrecido un excelente trabajo en Londres en un proyecto de educación. Aquella era la oportunidad perfecta para huir de las garras de su padre, Mikhail, un hombre que no la quería y que la culpaba de la muerte de su madre Elena. Huiría de él por fin. Lo que no podía imaginar era que aquella misma noche un hombre iracundo y terriblemente atractivo la secuestraía y la introduciría a la fuerza en un mundo lleno de mitología, magia, clanes, sangre y colmillos.

Del odio al amor no hay más que un mordisco

sábado, 25 de junio de 2011

Almas Gemelas (Primer capítulo)

Aquí os dejo el primer capítulo de la tercera novela que compone la Saga el Ángel. Espero que os guste. Esto es un primicia, puesto que el libro no está terminado todavía.
Un beso, un abrazo y un mordisco!!!! 

LATIDOS
  La oscuridad me había invadido. Y no podía luchar contra ella, porque mi prioridad era que mi corazón siguiera latiendo. La vida se me escaba en cada batir desesperado, en cada leve bocanada de aire que entraba en mis pulmones. Sabía que me estaba muriendo y, por primera vez en mi vida, supe a ciencia cierta, de esa noche no pasaría. 
  -Kara, despierta, mi amor. Abre los ojos.
  En cada palabra que mi marido pronunciaba, se dibujaban claramente el dolor, la angustia, la desesperación y el sufrimiento. Pero no puede responderle, ni tan siquiera pude abrir los ojos o permitirme pensar en esa opción. Debía usar las fuerzas que me quedaban en permanecer con vida hasta que me llevaran con Helia para que salvara a mis hijos. El resto, mi vida o mi muerte, mi eternidad junto a mi amado ángel, junto a mi alma gemela, carecían de sentido.
  -Hay que llevarla con Helia.- En la voz de mi cuñado, de ese hombre que juró un día que me amaba y que si mi vida terminaba, acabaría con mi esposo, también se había instalado el dolor.
  -¡DRAKE!- Gritó Chris desesperadamente.
  Una suave brisa sacudió mi cabello cuando el hermano adoptivo de Chris hizo su aparición.
  -Déjame verla. Muévela con cuidado.
  Sentí como mi marido me giraba con suma delicadeza. El dolor de la espalda me sacudió como un latigazo. No grité, no gemí, no mostré señal alguna de vida. Tenía que seguir concentrándome en el latido de mi corazón.

jueves, 23 de junio de 2011

Mis protagonistas (Andros y Olimpia)

 Andros, el hermano pequeño de Chris. Es el que más parecido físico guarda con Helia. También es el más joven. Le encanta chinchar a todo el mundo, y más desde que ha encontrado a Olimpia, una inmortal que es su compañera. Pero el destino jugará en contra de Andros, que tendrá que tomar una decisión que le cambiará para siempre.
Olimpia, la inmrtal pareja de Andros. Apenas lleva cinco años de abstinencia. Se enfuerza por relacionarse con la familia humana de Helia y Andros, pero le resulta difícil. Aunque tras esa aparente dificultad, Olimpia esconde algo, algo que cambiará su vida y la de su familia. Pero sobre todo, la de Andros.

miércoles, 22 de junio de 2011

La Llama del Ángel, (Último capítulo)


OSCURIDAD
  -Por la ventana, Victoria.
  -Vale.- Dijo sin demostrar miedo a nada. Ni siquiera a mi grotesca voz de ultratumba.
  Salté igual de ágil que siempre. La barriga no me pesaba, y mis hijos permanecían quietos en mi vientre. Pasé de nuevo mi mano por el abdomen y me respondieron un par de leves patadita. Todo iba bien. De momento.
  Victoria aterrizó a mi lado. No fue muy silenciosa, pero tampoco escandalizó. Vi que nadie se había percatado de nuestra fuga.
  -Vamos al coche.- Me dijo por lo bajini.
  -No. Si Helia oye el motor no llegaremos más lejos.
  -Pues entonces robaremos uno.- Dijo plenamente convencida mientras se adentraba en el bosque, siguiendo el linde del camino que conducía a la carretera principal. La seguí.
  -En cuanto robemos el coche quiero que te metas en la cabeza de Alice para averiguar hacía dónde se dirigen.- Asentí. Estaba tratando de no usar demasiado mi nueva oleada de fuerza. No sabía cuánto duraría.
  En cuanto llegamos a la carretera, Victoria se desabrochó la camisa y, con el pecho medio desnudo, se puso como una prostituta buscando un cliente. Yo permanecí escondida tras un árbol. Funcionó. El primer coche que pasó, paró.
  -Hola guapa. ¿Cuánto cobras por un completo?- Le dijo aquel gordo que desde la distancia olía a alcohol y a sudor viejo.
  Victoria sacó el arma de la espalda y le apuntó.- Yo no cobro, cielo. Yo pago. Baja del coche en silencio y sin hacer movimientos bruscos si no quieres que te vuele la tapa de tus asquerosos sesos.
  ¡Ala! Pensé. Había que reconocer que, o bien Victoria estaba desesperada por salvar a Lucian, o el entrenamiento había sacado a relucir una parte de ella que yo no conocía. O puede que fueran ambas. El caso es que aquel tipo bajó del coche, asustado y con la enorme papada temblándole a causa del pavor que sentía.
  -Átalo con mi cinturón y amordázalo. No quiero que vaya corriendo y gritando y que Helia o Keinan descubran nuestra huida.
  Hice lo que me dijo Victoria. Aquel tipo se meó en los pantalones cuando me vio salir de detrás del árbol. No me di cuenta que era por mi diabólico aspecto hasta que me vi reflejada en el cristal de la ventanilla del coche. Parecía un demonio salido del mismísimo infierno.
 

martes, 21 de junio de 2011

La Llama del Ángel (Capítulo XVI)


TENSA ESPERA
  Alice llegó como una exhalación y entró cual huracán en casa.
  -¿Qué pasa para que me hagáis venir así? ¿Y cómo diantres has hecho eso, Kara?
  -Creo que tengo la clave de cuál va a ser el siguiente movimiento de Jake.- Respondí anticipándome a todos.- En cuanto a cómo he conseguido ponerme es contacto telepáticamente contigo, es algo que hago con frecuencia con Chris. Siempre he creído que podía hacerlo con él porque en parte compartimos el mismo ADN. Y al fin y al cabo a ti te mordí y te traspasé parte de mis recuerdos. Pensé que contigo también podría. Además, me di cuenta de que estás más rara de lo habitual. Eres más rápida y más silenciosa. Por no decir un poquito más fuerte. Creo que de una forma u otra, te di algo más que mis recuerdos.
  Alice agachó la cabeza. Había dado en el clavo.
  -Tienes razón. No sólo me traspasaste tus recuerdos. Descubrí que también me habías pasado parte de tus cualidades. Obviamente en pequeñas cantidades, pero es cierto, soy más rápida, mas silenciosa y más fuerte. Y no es fruto del entrenamiento. Es a causa de tu mordisco. Pero eso no es lo importante. ¿Qué ocurre para que me hayáis hecho venir con tanta urgencia?
  Drake se acercó a ella y ambos tomaron asiento.
  -Kara tiene una teoría y después de analizarla durante todo el día, creo que es muy acertada. Yo mismo decía que Jake debía esconder un as bajo la manga y, Kara cree haber descubierto cuál es.
  -Drake, se un poco más concreto, ¿quieres? No tengo mucho tiempo.
  -Alice, ¿sigue Alexia con vosotros?
  -No. Desapareció tras tu ataque a la fábrica. ¿Por qué lo preguntas?
  -El día que eché a Jake de aquí, me respondió que ya no me necesitaba, y meses antes escuché una conversación entre él y Jordan en la cual se planteaba la posibilidad de que mi madre volviera a concebir. Mamá se sometió al tratamiento, pero no quedó embarazada. Alexia siempre estuvo enamorada de Jake y podría haberse ofrecido como vientre de alquiler.
  -¿Me estás insinuando que puede haber alguien como tú  por ahí?
 

sábado, 18 de junio de 2011

La Llama del Ángel (Capítulo XV)

 
MOVIMIENTOS
  Esa mañana estaba que echaba chispas por la boca. Llevábamos un mes encerrados en casa y no teníamos noticias de Alice. Estaba desquiciada e histérica y, encima, inmensamente gorda. Mi barriga aumentaba por horas y tenía mis dudas si realmente mi embarazo iba a durar mucho más, porque si era así, tenía la sensación de que en cualquier momento explotaría como un globo. Se me habían hinchado los tobillos, me pesaba la barriga y me dolían los riñones. Y para más colmo, había pasado de dormir plácidamente a no poder pegar ojo. Mi humor era de perros.
  -¿Es qué no se va a dignar a ponerse en contacto contigo?- Le dije a Chris mientras desayunaba en compañía de mi madre y Helia.
  -Kara, no es tan sencillo. Alice está lidiando a tres bandas, dale un respiro.
  -¡Y tanto que va a respirar! Espera que entre por esa puerta que se va a enterar.
  -Mamá, agradecería un poco de ayuda.- Le dijo Chris a mi madre. No me sorprendió que la llamara mamá, puesto que últimamente mi progenitora ejercía ese papel con todos y cada uno de los que vivíamos en esa casa. A excepción de Helia, claro.
  -Kara, cariño, Chris tiene razón. Alice tiene que espiar a Jake, cerciorarse de que no se acerca a nosotros, informar a Alexander y ocultarle tu embarazo. Dale tiempo cariño. Por muy torbellino que sea Alice, necesita espacio.
  -Estoy preocupada por ella.- Mamá había conseguido aplacerme un poco. Pero sólo un poco.
  -Y es comprensible hija, pero Alice sabe cuidarse muy bien.- Me respondió Helia. Arrugué la frente. ¿Cómo estaba él tan seguro de eso?- Si no fuese así, Alexander no la hubiera enviado a espiar a Jake.- A veces me fastidiaba que Helia fuera capaz de leer en mi rostro mis preguntas.
  -Bien, ¿pero qué demonios le cuesta decir que está bien? ¿Y tú, por qué no te metes en su cabeza para ver qué pasa?- Le espeté de golpe a Chris, que iba a soportar otra oleada de ira por mi parte.
  -Y lo hago cielo, pero no hay novedades. Sigue entrenando a los cazadores de Jake.
  -Pues que mierda.- Dije expresando mis pensamientos en voz alta.
  -¡KARA! Cuida ese lenguaje.- Me riñó mamá. Y tenía razón, mi mal genio iba en aumento y nadie era culpable de nada. Probablemente mis hormonas andaban más revueltas de lo normal.
  -Lo siento.- Musité enrojeciendo como un tomate.- Es este embarazo y este calor. Lo siento de verdad.
  -Lo sabemos mi amor.- Dijo Chris sosteniendo mi rostro entre sus nervudas manos de hielo.- Nadie te reprocha nada.- Y sus labios se fundieron con los míos. Una corriente eléctrica recorrió mi cuerpo y me agarré a él cómo una garrapata. Hacía demasiado que no le tenía y me sentí ansiosa.
  Kara… -Rugió en mi cabeza.- Compórtate cariño, por favor.- Logró zafarse de mi abrazo y me quedé jadeando sobre la silla. Por enésima vez se me había olvidado respirar.
  -Entonces no me vuelvas a besar así.- Refunfuñé con mi mal humor asomando de nuevo. Pero él se rió de mí y mi enfado se fue al traste.
  Me calmé un poco. Sabía que mis hormonas me jugaban malas pasadas y que nadie tenía la culpa, pero me costaba mucho controlar mi carácter y mi creciente deseo por Chris. Era como si le hubieran enseñado un enorme pastel de chocolate a un niño pequeño y luego sólo le hubieran dado una porción chiquitita. Y yo me hubiera zampado el pastel sin pensármelo dos veces.

jueves, 16 de junio de 2011

La Llama del Ángel (Capítulo XIV)


SENTIMIENTOS ENCONTRADOS
  Aquella noche la casa se quedó medio vacía. Lucian y Chris se fueron de cacería. Y los demás, a excepción de Helia y las humanas que vivíamos en esa casa, se fueron a cumplir las órdenes de Alice.
  Cuando Lucian y Chris se fueron, vi cómo los ojos de Victoria reflejaban algo que no había visto hasta ese momento. Recelo, miedo y, tal vez alguna pincelada de amor.
  -Vic, ¿te apetece dormir conmigo esta noche? Hace mucho que no charlamos.
  -Claro Kara.- Y se puso en pie de un salto, con esa energía suya.
  Me tiré en plancha sobre la cama en cuanto llegamos. Aquella noche parecía que iba a hacer menos calor, así que abrimos las ventanas y apagamos el aire acondicionado. Victoria se tumbó a mi lado, después de ir al dormitorio que ocupaba y ponerse el pijama.
  -¿De qué quieres que hablemos?
  -De ti. ¿Cómo te encuentras?
  -Agotada. Los entrenamientos son duros, pero merecen la pena. No quisiera verme indefensa ante alguien como Alice.
  -Sí.- Dije con una media sonrisa al recordar de lo que era capaz de hacer mi amiga.- Alice es un torbellino. ¿Y lo demás, cómo lo llevas?
  -Bueno, lo de estar recluida no va conmigo, pero no me queda más remedio. Así que trato de llevarlo lo mejor que puedo. Y Lucian me ayuda con ello. Charlamos mucho y me da muchos consejos sobre los entrenamientos.
  -Lucian es un buen guerrero. Y se preocupa por ti.
  -Lo sé.- Y sonó como si tras aquellas dos palabras ella quisiera esconder algo más.
  -¿Te gusta, verdad?
  -¿Eh?- La había pillado con la guardia bajada, muy bajada.
  -He visto como lo miras y, me he dado cuenta de que cuando él se acerca a mí, hay una punzada de celos en tu mirada.
  -¿Tanto se me nota?- Y sus mejillas se encendieron.
  -No creo que él lo haya notado. No a menos que tú hayas pensado en ello mientras él te ha tocado. Recuerda que es capaz de saber tus pensamientos si te toca.
  -Lo sé. Ya tengo cuidado con no pensar en ello cuando él está cerca. De todos modos no importa. Él está enamorado de ti.
  -No estoy de acuerdo con esa afirmación.- Sus ojos me mostraron el desconcierto ante mis palabras y una breve llamarada de esperanza.- Verás, Drake tiene la teoría de que sólo está confundido. Y Drake es capaz de sentir los sentimientos de los demás como si fueran los suyos propios.
  -Entonces, probablemente sabrá lo que siento por Lucian.- Asentí.- Vaya mierda.- Pensó, pero la escuché.- De todas formas, seguimos en el mismo punto. Hasta que él no se dé cuenta de todo eso, no importa lo que yo sienta o deje de sentir por él.- Suspiró.- ¿Recuerdas las veces con las que bromeé con eso de tener un hermano de Chris para mí?- Asentí. En muchas ocasiones aquella frase me había hecho reír.- Pues hay que fastidiarse, porque mira que es castigada la lengua. Es como si el destino se hubiera querido mofar de mí.
  -Tal vez él pueda corresponderte.
  -Lo dudo Kara. Pero de todas formas, gracias por tu apoyo.
  -Ya sabes que estoy aquí para lo que quieras.- Y bostecé. Los párpados empezaban a pesarme.
  -Duérmete. No me apetece que Chris se enfade conmigo por no dejarte descansar.
  -Mm…- fue todo lo que alcancé a decir antes de quedarme frita. 

miércoles, 15 de junio de 2011

Un poco de mí (II)

12. ¿Qué repercusión ha tenido en tu familia que tú escribieras libros?

     Bueno, tengo que decir que he contado con el apoyo incondicional de ellos. Lo cierto es que, hasta que no acabé mi primera novela, no le dije nada. ellos me apoyan y para mí es una suerte contar con ese apoyo.

   13. Cuando escribes, ¿Lo haces pensando en alguien o lo haces solo pensando en ti misma?

     No pienso en nadie. No me planteo si esto le gustará a alguien, si aquello no. No, mi forma de escribir no es esa. Yo simplemente dejo que todo eso que pasa por mi cabeza como una película, cobre vida en un folio. Luego lo que hago es revisarlo para ver como ha quedado, si he repetido demasiado alguna palabra si se me ha quedado algo en el tintero, pero no escribo pensando en nadie. Para mí, escribir es una especie de desahogo personal, una forma de evadir la realidad y adentrarme en un mundo donde recargo las pilas y la energía, para afrontar de nuevo la vida.

martes, 14 de junio de 2011

La Llama del Ángel (Capítulo XIII)

  Estaba tirada en la cama, abrazada al gélido torso de Chris. Ni siquiera el contacto con su frío y desnudo pecho sofocaba el calor que sentía. El aire acondicionado marcaba que la habitación estaba a quince grados, pero yo seguía sudando. Y encima las prescripciones médicas de Helia me impedían disfrutar de ese espléndido cuerpo que tenía mi marido.
  -Toma.- Me dijo Chris pasándome un vaso de agua con hielo. Me lo bebí de un trago.
  -Como no pase pronto esta ola de calor, voy a parecer un pollo sudado y maloliente.- Me quejé. Mi humor empeoraba por momentos.
  -Lo cierto es que es muy raro que haga tanto calor a primeros de Junio. En el noticiero han dicho que no durara mucho más.- Me envolvió un poquito más entre sus brazos.- ¿Mejor?- Me preguntó.
  -Estaría muchísimo mejor de otra forma.- Y le lancé una socarrona mirada.
  -Eres increíble.- Y me besó con dulzura. Porque sabía demasiado bien que si me besaba con un poco más de intensidad, mis ya de por sí disparadas hormonas, se revolucionarían y, Helia nos había prohibido mantener relaciones sexuales.- Ibas a sudar más si nos pusiéramos a hacer eso.- Me susurró al oído.
  -Probablemente. Pero también me divertiría más.- Y le saqué la lengua burlándome de él.
  -De verdad amor, no sé que voy a hacer con tus hormonas.
  -Ni yo. ¿Me preparas un baño frío, por favor?- Dije quitándole hierro al asunto.
  -Hecho.- Dijo mientras se levantaba de un salto y desaparecía por la puerta en menos de una milésima de segundo.
  Me sumergí en aquella fría e improvisada piscina. Chris seguía a mi lado, sentado como una irreal y hermosa estatua en una silla. Me observaba con amor y, con demasiada pasión. Su ardiente mirada recorría las curvas de mi desnudo cuerpo.
  -Deja de mirarme así.- Le gruñí. Ya tenía las hormonas bastante revueltas para que me mirara de esa forma.
  -Es que estás sexy.- Me dijo sin obedecerme.
  -¿Sexy? ¿Con este pedazo de melón que me ha salido de la noche a la mañana?- Asintió.- No te burles, quieres.
  -No me burlo.- Me replicó mientras se arrodillaba a mi lado.- Te queda muy bien.- Y a través del agua me acarició la barriga. Sentí una patada que me dejó sin aliento.
  -¡Ay!- Me quejé.- ¿Queréis estaros quietos de una vez?- Les dije a mis hijos como si pudieran oírme. Me sentí estúpida al instante siguiente. Me recosté de nuevo y traté de recuperar el aliento. Chris se volvió a sentar en la silla. Esta vez su mirada no era apasionada. Era de preocupación.
  -¿En qué piensas?- Le dije al observar su ausente mirada.
-Me preocupa el rápido crecimiento de los bebés. Temo que te causen alguna lesión interna.- Fruncí el cejo. ¿A qué venía eso?
  -Por eso Helia nos ha dicho que nada de sexo, ¿verdad?- Simplemente asintió. Lo que me faltaba, que Chris se preocupara aún más. Me deslicé por la bañera y al cabo de dos segundos salí con todo el pelo chorreando.
  -Chris, no hemos pensado en qué nombres les vamos a poner.- Acaricié mi prominente barriga. Mis hijos no se molestaban cuando yo lo hacía. Era como si supieran quién acariciaba el vientre donde ellos se alojaban.
  -¿Qué nombre te gustaría?
  -Bueno, no sabemos si son niño o niña, pero si fuera una chica me gustaría que se llamara Jade.
  -¿Jade?- Asentí.- Es bonito.- Escudriñó mi rostro con sus ojos.- ¿Tiene algún por qué ese nombre?
  -Desde luego me conoces mejor que nadie.- Refunfuñé. Me daba mucha rabia que ni siquiera necesitara meterse en mi cabeza para saber que pensaba en algo.- Verás, el jade es de color verde, y el verde representa la esperanza. Confío en que nuestros hijos sean la esperanza para que todo esto acabe.
  -¿Qué es todo esto?- Preguntó con un hilo de voz.
  -La absurda caza indiscriminada que ha iniciado Jake y el no contar con el incondicional apoyo de los guardianes. Me frustra no tener a Alexander de nuestro lado.
  -No intervendrán hasta que sea el momento oportuno. Pero hay más, ¿cierto?
  -Sí. No sé qué pensará Alice de esto.- Dije señalando mi abultada barriga.- Y no sé porque pero creo que su opinión es muy importante.
  -A mí también me preocupa su reacción.- Confesó arrodillándose de nuevo a mi lado.- Pero tú no te preocupes. Ya solucionaremos eso.
  -¿Has sabido algo de ella?- Froté suavemente su frente cuando dije eso. Dos gotas corrieron por su cara como si fueran dos cristalinas lágrimas. Me hizo preguntarme si alguna vez en su vida anterior había llorado.
  -Está con Jake, entrenando a los nuevos cazadores. Charles está con ellos, pero sin recordar nada de nada. Le borraste de una forma muy efectiva la memoria. 
  -Me preocupa que Jake la descubra.- Confesé mientras le indicaba con la mano que me pasara la toalla. El agua había dejado de estar fría.
  -Estamos hablando de Alice, cariño. Esa chica es un torbellino, inteligente, rápida, astuta, fuerte y sigilosa. Yo me preocuparía más por otra persona que por ella.
  -Parece que la conoces muy bien.- Me enrollé con la toalla y salimos al dormitorio.
  -Me picó la curiosidad.- Confesó con voz traviesa.- Así que me pasé un día entero vigilándola y la vi en sus sesiones de entrenamiento. Tendrías que haber visto al tipo que se metió con ella. Acabó con dos costillas rota y el hombro dislocado. Y el tipo en cuestión era igual de grande que Keinan. 
  -¿Alice hizo eso?
  -Sí.- Dijo Chris mientras me ayudaba a ponerme los zapatos. Había perdido algo de flexibilidad, pero todavía era capaz de vestirme por mi misma.
  -Tienes que dejar de mimarme tanto. No estoy inválida.- Me quejé.
  -Me gusta mimarte.- Y me besó.- He decidido seguir el consejo de Helia y disfrutar de esto. ¿Vamos?- Dijo ofreciéndome sus manos para que me levantara.
  En el salón había un bullicio enorme. Andros y Olimpia se dedicaban a meterse con Keinan y Trizia, haciéndole comentarios de lo más picantes. Al final la paciencia de Trizia se agotó y acabó lanzándole el plato de la ensalada a Andros. Acabó salpicado de lechuga y aceite mientras Keinan se desternillaba sobre la silla.
  -Te lo has buscado.- Le espetó mi prima a su nuevo cuñado.- Y que conste que me estoy pensado lo de ir a dar una vueltecita por vuestra cabaña.
  Me senté al lado de Trizia y le hice una mueca burlona a Andros. Ya había sufrido en mis propias carnes sus comentarios, pero jamás se me ocurrió lanzarle nada a la cabeza. Aplaudí mentalmente a mi prima por su gesto. Andros empezaba a necesitar que alguien lo pusiera en su sitio.
  Almorzamos en paz, ya que Olimpia y Andros se fueron a su cabaña. Mamá y Victoria nos acompañaron. De pronto un pensamiento corrió por mi cabeza.
  -Chris. ¿Cuánto hace que no vas de caza?
  -Tres semanas, ¿por qué?
  -Porque ya va siendo hora, ¿no te parece?- Había conseguido prolongar sus expediciones de caza, pero yo sabía que él necesitaba salir a comer. En su mirada vi el claro reflejo de que no tenía ni la más mínima intención de hacerme caso. Así que opté por otra vía.- ¡Lucian!- Grité.
  -¿Me llamabas?- Salió de la biblioteca, donde seguía Drake enfrascado en la búsqueda de mi inmortalidad sin que mi luz dejara de brillar.
  -Sí. Quiero que te lleves esta noche a Chris de caza.- Y me metí el trozo de bistec en la boca.
  -Kara, no voy a ir. De momento estoy bien.- Me replicó Chris.
  -Por supuesto que te vas.- Conseguí decir entre bocados.- No sabemos a qué nos enfrentamos y tienes que estar fuerte. Punto y final de la discusión.
  -¿Creí que eras tú el que llevaba los pantalones?- Le comentó burlonamente Keinan a Chris. Le lancé el salero a la cabeza, pero Chris lo atrapó antes de dar en la diana.
  -Cariño, hoy estás de un humor de perros.- Me riñó Chris.
  -Ya sabes por qué.- Dije encarnado una ceja.
  -Está bien, tú ganas, esta noche me voy con Lucian de caza. ¿Satisfecha?
  Lo cierto es que me iba a satisfacer más otra cosa, pero el médico de la familia me lo había prohibido, así que me limité a asentir.

domingo, 12 de junio de 2011

La Llama del Ángel (Capítulo XII)

DOS GOTAS
  Todos aguardaban nuestra llegada. Supuse que mi inmortal familia había oído la pequeña discusión con Lucian y que estaban preocupados. Pero todo ese desasosiego desapareció de sus bellos rostros cuando nos vieron entrar a los tres cogidos de la mano. Mi suegro dibujó una sonrisa que jamás había visto hasta ahora.
  Chris y Lucian me dejaron sentada en el sofá. Estaba agotada. Las oleadas de energía que usaba para sacar a la cazadora me dejaban exhausta. Y eso no había ocurrida jamás. Este embarazo se complicaba por momentos. Retomaron la conversación que se les había quedado pendiente, y escuché como Helia les decía que estaba de acuerdo en montar en el garaje un hospital provisional.
  -Creo que has conseguido lo que nadie creyó que fuera posible.- Me dijo Victoria sacándome de mi pequeño descanso. Se había sentado a mi lado, pero ni siquiera me había dado cuenta.
  -¿A qué te refieres Vic?
  -Bueno, en un día consigues que firmen la paz y estar embarazada. Lucian me ha explicado que es imposible. Pero me parece que no hay nada imposible para tí.
  -Créeme, estoy igual de sorprendida que ellos.- Incliné la cabeza hacia atrás y bostecé.
  -¿Estás cansada?- Noté su mano sobre la mía.
  -Y hambrienta. Creo que soy capaz de comerme un toro.- Oí su callada risa.- No te rías.
  -Seguro que Chris se alegra de que por fin decidas comer por tu cuenta, sin que él tenga que obligarte. Siempre has comido fatal.
  -¿Me estás riñendo?- Le dije sin abrir los ojos.
  -Más o menos. ¿Quieres que te traiga algo de comer?
  -Por favor.- Dije el tiempo que mis tripas rugían.
  Victoria se fue y yo me quedé dormitando otro rato. Oía a Chris, Lucian y mi madre, pero no quise prestar atención a su conversación. Estaba rendida y famélica.
  Vic me trajo una bandeja llena de comida. Carne en salsa, ensalada, pan, queso fresco y fruta. Ni si quiera me levanté del sofá. Empecé a devorar todo aquello en cuanto puso la fuente sobre mis rodillas.
  Veo que voy a tener que dejar de preocuparme por tu alimentación.- Me susurró Chris en mi mente. Temblé de placer al escuchar su melódica voz.
  -¿Tienes frío?- Me preguntó Victoria mientras me acercaba una pequeña manta que había sobre el sofá.
  -No. ¿Por qué?
  -Has temblado. Pensé que estabas destemplada.
  -¡Ah! Eso… no te preocupes. Es culpa de Chris. Siempre que me habla mentalmente, me echo a temblar.- Dije con la boca medio llena.
  -¡Ah! Vale.
  -Ya sé que es raro, Vic, pero en mi vida no hay muchas cosas que sean normales.
  -Eso es cierto. ¿Puedo saber qué les has dicho para que firmen la paz? He tratado de convencer a Lucian de que no era sano que siguiera enfrentado a Chris de esa manera, pero no ha habido forma. Y de pronto vas tú y les dices no sé qué y, como por arte de magia se empiezan a llevar bien.

sábado, 11 de junio de 2011

La Llama del Ángel (Capítulo XI)

ERIKA
  Mi vida detenida en un minuto interminable, en sesenta segundos que se negaban a avanzar en el reloj, conteniendo el incierto futuro en un suspiro que me negué a dejar escapar. 
  Cincuenta y siete, cincuenta y ocho, cincuenta y nueve, sesenta. Cerré los ojos, contuve de nuevo el aliento, giré mi cabeza hasta la posición exacta dónde se encontraba mi destino y, abrí los ojos.
  Le oí andar, con sus sigilosos y elegantes pasos por nuestro dormitorio, dando vueltas como una fiera enjaulada, castigándose y culpándose por algo que no había previsto y que posiblemente significara otro drástico y radical cambio en nuestras vidas.

viernes, 10 de junio de 2011

La Llama del Ángel (Capítulo X)

CAJA DE SORPRESAS
  Me conformé con aquello, con amarnos por las noches como se amarían dos humanos, con encontrar tras su frío, tras su inmortalidad, su fuerza y su eterna belleza, los retazos del hombre que fue en su día. Un hombre capaz de amarme por encima de todo, de hacerme vibrar y temblar, de hacerme caer, una noche tras otra, rendida a sus pies. 
  El mes y medio posterior a la visita de Alice, nuestra casa, el hogar que Chris había comprado para que fuera nuestro hogar, se convirtió en un hervidero de gente, de humanos y de inmortales seres entrando y saliendo, comiendo y bebiendo, conviviendo como si no existieran diferencias entre nosotros.
  Alice regresó un par de veces para ver los progresos de mi madre, mi amiga y mi prima. Las dos primeras se esforzaron mucho en su nueva rutina, tal vez porque Vic dejó definitivamente el trabajo, y porque mi madre pidió una excedencia. A Trizia parecía que le costara un poco más.
  Lo más sorprendente fue ver el cambio de mamá. Era como si una nueva fuerza se hubiera apoderado de ella y fuera capaz de enfrentarse a todo lo que le ponían por delante. Tal vez, y lo cierto es que esta suposición era la más acertada, esto se debía a su estrecha relación con Helia. El padre adoptivo de Chris se había convertido en mi suegro, a todos los efectos. Cuidaba de mi madre, la protegía, la mimaba, la amaba como su hijo me amaba a mí. El ángel protector de mamá se había convertido en su alma gemela. Y todo ese amor, respeto, protección y cariño le había dado a mi madre unas renovadas fuerzas.
  Victoria también experimentó ese cambio. Aunque en su caso, creí que era por motivos bien distintos. Victoria siempre había sido un torbellino lleno de energía, alguien que rezumaba vitalidad por los cuatro costados, y a pesar de la conmoción inicial, de verse envuelta en un mundo extraño y rodeada de inmortales seres que se suponía que no debían existir, había recuperado sus ansias de vivir y de superarse. Y sobre todo sus ganas de luchar. Y encima se le daba bien.
  También descubrí que Lucian seguía a la perfección con su papel de guardián de Victoria. Pasaban mucho tiempo juntos, y mi cuñado se erigió en su maestro. Puede que Keinan aparentara ser el más fuerte, pero realmente Lucian era el que más experiencia tenía en el arte de luchar. No conseguí averiguar a qué se debía eso. Por mucho que insistí, no hubo forma de que ninguno de los miembros de mi nueva e inmortal familia me lo explicara.
  El caso de Trizia era totalmente diferente a los otros dos. Le costaba concentrarse, se cansaba más pronto que mi madre o mi amiga, y tenía que esforzarse mucho para concentrarse en las supuestas luchas que mantenía con Keinan. Y encima, éste parecía que le exigía más a ella que a las demás.
  -¡Maldita sea Trizia! ¿Qué parte de esquivar, bloquear y golpear es la que no entiendes?- Gritó mi cuñado.
  -¡Qué no me grites!- Le espetó mi prima, lanzándole una iracunda mirada.
  -Pues concéntrate de una puñetera vez.- Le recriminó Keinan mientras le volvía a explicar el movimiento para esquivar y cómo y dónde debía golpear para aturdir a su atacante.

jueves, 9 de junio de 2011

La Llama del Ángel (Capítulo IX)

ENTRENAMIENTO
  El ying y el yang. El equilibrio perfecto entre el bien y el mal. Ese era el emblema de los guardianes. Pero con una sutil diferencia. No era negro y blanco, sino rojo y blanco. Y eso tenía un porqué.
  El símbolo del ying y el yang fue adoptado por los guardianes cuando crearon su casta, y decidieron introducirle algunos cambios. El rojo representaba a la especie de los inmortales, a los morwins, a esos supuestos demonios salidos de lo más profundo del infierno. El blanco representaba a la clase de los cazadores. Caballeros de brillante y blanca armadura que se enfrentaban a los demonios para proteger a los humanos. El fino círculo negro que los envolvía representaba la estirpe de los guardianes, los encargados de mantener el orden entre las dos castas y de que se cumplieran los pactos establecidos. Y Alice llevaba ese emblema tatuado en la piel.
  -¿Eres una guardiana?- Le pregunté. Asintió con la cabeza mientras se subía la camisa de nuevo. Se la abotonó antes de girarse y hablar.
  -Ya te lo he dicho, Kara. Nada ha vuelto a ser lo mismo desde que me mordiste.
  -Pero vas vestida como una cazadora, llevas armas de cazadora, te comportas como una cazadora…
  -Porque estoy infiltrada, Kara. ¿De qué otra manera si no iba a averiguar qué se propone Jake?
   -Alice, si Jake te descubre estarás en peligro.- De nuevo el sentimiento de protección se hacía latente en mí. Jake no dudaría en matarla si se enteraba de que lo estaba traicionando.
  -No te preocupes por mí, Kara. Sé cuidarme.- Sus ojos negros miraron a mamá, a Trizia y a Victoria, que seguían estando ocultas tras las espaldas de mi suegro y mis cuñados.- Y volviendo al inicio de esta conversación, ¿sois conscientes de que al contarles vuestra existencia habéis roto el pacto?
  -No han sido ellos.- Respondí, protegiendo a mi familia.- He sido yo. No iba a dejarlas en la ignorancia si eso les podía costar la vida. No después de averiguar lo que he averiguado de Charles.
  -Ya sabía yo que eso era cosa tuya.- Dijo Alice sonriendo. No me lo estaba echando por cara.- Aunque he de reconocer que hicisteis un buen trabajo simulando el accidente de coche. ¿A quién debo felicitar por ello?- Drake levantó la mano.- Felicidades pues.
  -¿Sospecha algo Jake?- Preguntó Lucian.
  -No.- Lucian frunció el ceño.- Imagino que estarás pensando cómo puede ser eso posible si a mí me había pasado lo mismo.- Mi cuñado asintió. Alice volvió a tomar asiento.- Cuando recobré la consciencia tras el ataque de Kara, Jake me preguntó si sabía quien había sido. Mentí y dije que me había atacado un morwin y que lo único que recordaba era la silueta de Kara abalanzándose sobre mi atacante. Jake se lo creyó. Y la simulación del accidente de Charles ha sido realmente buena. Además, por alguna extraña razón a mí me traspasaste tus pensamientos y conocimientos, pero no has hecho lo mismo con Charles. No sé por qué. Pero de momento Jake no sospecha de eso.
  -¿Y entonces por qué te ha mandado?
  -Porque de lo que sospecha es de Hassan. No ha vuelto, y Jake le ofreció generosamente el perdón a su inmortal existencia si le traía tu cabeza. Una oferta imposible de rechazar.- El pecho de Chris volvió a rugir.
  -¿Y dónde nos deja eso?- Preguntó Lucian.

martes, 7 de junio de 2011

Un poco de mí

En primer lugar, muchas gracias por acceder a que te hagamos la entrevista. Es todo un honor poder contar contigo para el blog.

Hoy quiero dejaros una entrevista que en su día se publicó en le blog Oculta Nocurnia. Espero que os guste, porque el cariño y el apoyo que siempre se me ha brindado desde este blog, ha sido impresionante. Os la divido en dos partes, porque me acribillaron a preguntas.

Entrevista a Mercedes Perles Ortolá

   1. ¿Qué es lo que te ha motivado para escribir este tipo de libros? (Románticos-Fantásticos).

  (Mercedes) Bueno, lo cierto es que empecé a escribir este libro, como pudiera haber empezado a escribir otro. Mi cabeza es un hervidero de ideas y mi casa parece una papelería, con libretas desparramadas por todas partes y posit sembrados a diestro y siniestro. Pero aunque en mi mente hay cabida para novelas de todo tipo, empecé por ésta porque en ese momento estaba pasando un mal trago en mi vida. Mi tío, Mingo Ortolá, falleció de la forma más estúpida que pueda haber, y al dolor se le sumó la culpa. A la culpa el insomnio y al no dormir, las teclas del ordenador. Y tras noches de insomnio, nació la Saga El Ángel, siendo El Ángel de la Destrucción el primer libro que escribí.


lunes, 6 de junio de 2011

ELDG BT.mov

Bueno, como todos sabéis, en principio, este blog, iba única y exclusivamente dedicado a La Saga El Ángel, saga de la cual soy la autora, pero creo que esta otra saga, se merece una mención especial.
LA SAGA VANIR: Bien, os diré por qué. Para empezar, porque soy fan incondicional de esta saga. Segundo, porque he tenido el enorme y grandioso placer de que la autora de esta saga, Lena Valenti, haya leído mis libros y me haya dado su opinión personal!!!!!! Y os puedo asegurar que me dejó sentada en la silla flipando en colores. Eres grande Lena, muy grande.
Tercero, porque esta saga y esta autora se merecen todo el reconocimento que le podamos dar. Lena es muy grande, y lo avala el aluvión de fans incondicionales que la siguen allá por dónde ella pasa. Simpática, amable, cariñosa y con un montón de cualidades más, Lena se gana el corazón de todo aquel que se ponge en contacto con ella. Y por eso, desde aquí, quiero dar a conocer su obra.
La Saga Vanir se compone de varios libros, tres de los cuales ya están en el mercado.
El Libro de Jade, el Libro de la Sacerdotisa, EL Libro de la Elegina y en Septiembre sale a la vente El Libro de Gabriel, del que os he dejado el book trailer que está en YouTube arriba.
Os dejaré en próximas entradas de que va esta saga. Eso sí, advierto, no es apta para cardíacos, ni para menores de 18 años (o de treinta según se mire) y si la literatura fuera una droga, os aseguro que esta saga estaría penada por ley, porque es IMPOSIBLE dejar de leerla.
Un beso, un abrazo y un mordisco!!!!!!
Gracias Lena, por hacernos soñar de esta manera!!!!

jueves, 2 de junio de 2011

Un poquito de esta historia

Durante unas semanas, os he ido dejando trozos de los capítulos de mi libro, El Ángel de la Destrucción.
Hoy quiero dejaros algo diferente. Quiero contaros de qué va este libro. Porque sé que muchos habréis pillado la idea básica, pero quiero aclararos algunas cosas.

Lo cierto es que explicar esta historia es un poco complicado, pero lo voy a intentar. Primero os contaré de qué ve el libro, y luego el periplo de editarlo por mi cuenta.
La historia está narrada en primera persona por Kara, pero yo voy a empezar por Chris. Nuestro protagonista masculino.
Chris no es un vampiro, por mucho que la gente se empeñe en decir que lo es. Tampoco es un demonio. Es una mezcla de ambos. Partí de la base de que el ser humano se compone de dos cosas. Cuerpo y alma. La sangre es el sustento del cuerpo, y la luz, eso que sustenta nuestra alma y brilla en nuestro interior. Y nuestro protagonista en cuestión se alimenta de ambas cosas. A esos seres, a los que son como Chris, le puse el nombre de morwins (y no os diré de dónde saqué ese nombre)
Chris nunca fue normal, ni tan siquiera cuando era humano. Sólo le interesaban las mujeres para llevarlas a la cama (¡menuda novedad!) y satisfacer sus necesidades, llegando a ser un misógino empedernido, jamás le interesó el negocio familiar y fue incapaz de sentir algo más que un ego inconmensurable. Simplemente se limitaba a saciar sus caprichos y antojos.
Kara, nuestra protagonista, es, básicamente, una mujer enamorada. Pero no es una mujer cualquiera. Me negué en todo momento a que fuera la típica protagonista que necesita al héroe o al ser fantástico que la salve en de todo y de todos. No, Kara no es así. Se la creó en una probeta, siendo, por decirlo de algún modo, un experimento genético que le salió mal a su supuesto padre, Jake. Con cualidades inhumanas, veloz, hermosa, letal y despiadada, todo su mundo, sus creencias y su misión en la vida, caen como un endeble castillo de naipes cuando conoce a Chris.
Esto sería básicamente lo que resumiría el principio de la historia. Pero decidí comenzar por la mitad, tal vez por eso de que no suelo hacer la cosas de forma convencional.

miércoles, 1 de junio de 2011

La Llama del Ángel (Capítulo VIII)


ALICE
  -¿Me vas a decir de una vez a dónde vamos?- Llevábamos ya rato en el coche y me estaba poniendo histérica.
  -No. Tú limítate a confiar en mí.- Y sentí como uno de sus dedos acariciaba mi garganta.- ¿Sabes? Casi me da un infarto cuando te he visto aparecer en el salón. Aunque obviamente es en sentido metafórico. Ese vestido te queda como un guante. Es igualito al de…
  -Lo sé.- Le dije sin dejarle terminar de hablar. Había ido bajando el tono de su voz hasta convertirlo en una delicada melodía que me hacía perder los sentidos. Era mejor que hablara de algo, porque cada vez estaba más segura de que a la que le iba a dar un ataque era a mí.- El mérito es de Trizia y Victoria. Yo simplemente me limité a decirles que era lo que quería.
  -Entonces recuérdame que les dé las gracias cuando las vea.- Y la pequeñita llama de la esperanza se encendió en mí. Tal vez no estuviera todo perdido y no me dirigía hacia mi muerte, sino hacia mi inmortalidad. Sólo tal vez.
  Me limité a controlar mi respiración y mi estado de nervios. No tenía ni idea de qué hacía, dónde nos dirigíamos ni que era lo que podía pasar esa noche. Chris escuchó los irregulares latidos de mi corazón, y tomó una de mis sudorosas manos entre las suyas.
  -Amor mío, si tienes miedo, no tenemos porque hacerlo.- En su voz se veía claramente dibujado el temor de terminar con mi vida.
  -Ni de broma.- Contraataqué.- Si soy tu esposa es con todas las consecuencias. Además, ya te he dicho que no es miedo. Son simples nervios.  Confío en ti.- Noté como el coche se detenía. El corazón se volvió a disparar.
  -Bien, en ese caso, hemos llegado.- Me sujetó las manos de nuevo, ya que las precipité hacia la venda para quitármela.- Espera un poco, por favor. Dame sólo un minuto.
  -Vale, pero no tardes.- Dije entrecortadamente. No sabía que estaría tramando ahora, pero mis nervios agradecieron que no tardara más de diez segundos en volver.
  -Ven, te ayudaré a bajar.- Me tomó entre sus brazos y me sacó en volandas del coche. Dio tres pasos antes de depositar mis pies en el suelo.- Espero que te guste.- Me murmuró al oído mientras me quitaba la venda. Y nuevamente, me dejó sin aliento.
  Estábamos en el bosque, y lo que un día había sido las ruinas de su antiguo hogar, ahora había resurgido de sus cenizas cual ave fénix, dando paso de nuevo a un magnífico y maravilloso hogar. Dónde antes había huecos hechos por el paso del tiempo, ahora se volvían a levantar las paredes de blanca piedra, las ventanas se habían cubierto de hermosas cristaleras, y en el jardín había pequeños grupos de flores de distintos colores y olores. Engastados en las paredes de la entrada, había dos enormes faroles, con unas gigantescas velas dentro, bañando con una suave e irreal luz la entrada. En el aire se respiraba magia, porque aquella preciosa casa parecía sacada de un cuento de hadas. Era como haberse adentrado en un túnel del tiempo y retroceder setecientos años atrás.