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martes, 31 de mayo de 2011

Otro punto de venta

Hemos conseguido un nuevo punto de venta. A partir de la semana que viene, El Ángel de la Destrucción en la Librería Mandrágora, en Barcelona, en la Avenida Paral·lel 115 de Barcelona. Agradecer a los propietarios la confianza que han depositado en este libro. Pasad y haced vuestras reservas, que parece que a este paso se nos agotan pronto los ejemplares.
Un beso, un abrazo y un mordisco!!!

Mis posibles protagonistas

Hoy os dejo unas fotos de modelos o actores que para mí, encajarían en los diferentes personajes que componene esta novela. Espero que os gusten.
Un beso, un abrazo y un mordisco!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!


 Esta sería nuestra Alice.

Jordan. El hermano de Alice. Uno de los malos.

 Drake. La serenidad personificada.
 Helia. El padre de todos. Yo cometía incesto con semejante padre!!!!
 Andros. La locura y la diversión.

 Jake. El padre de Kara y el malo malísimo de esta saga.
 Trizia, la prima de Kara. Caerá rendida ante uno de
los hermanos de Chris














Morraine, la madre de Kara. una mujer que siempre
vivió sin saber lo que ocurría a su alrededor.












 Lucian. Hermano de sangre de Chris y el tercero en discordia.  Hasta que conozca a alguien.
Olimpia. La pareja de Andros. Hermosa y peligrosa.
 Keinan. El hermano dicharachero y alegre. La mole de musculos. Su mundo se pone patas arribas cuando conoce a Trizia.

Victoria. Jovial, alegre, vital, se ve envuelta en esta guerra. Y decide luchar por las personas que ama. Pero sobre todo por uno.
Y Aquí nuestro dos protagonistas, Kara y Chris. Depredador y cazadora envueltos en una guerra ancestral, luchando por amarse sin reservas, por portegerse el uno al otro, por conseguir la paz. Su amor, va más allá del tiempo, de la distancia, de la vida o de la muerte. Un amor que vencerá todas las barreras y que obrará el mayor de los milagros.Porque hay amores predestinados a perdurar por toda la eternidad.

lunes, 30 de mayo de 2011

Nuevo punto de venta

Os informo que a partir de la próxima semana, El Ángel de la Destrucción, se pondrá a la venta en la Librería-Papelería "Os Picariños" en Arzúa, La Coruña (Galicia). Pasad y reservad vuestro ejemplares, porque poco a poco van quedando menos. Así mismo os infromo que estý en contacto con tres librerías más, dos en Barcelon y una en Valencia. Crucemos los dedos para ver si tenemos suerte!!!!!!!
Un beso, un abrazo y un mordisco!!!!

La Llama del Ángel (Capítulo VII)


CEREMONIA
  Durante catorce años había tenido la sensación de que la vida pasaba a mi lado sin que yo perteneciera a ella. Había sido como estar subida a un pequeño coche, un lento y pesado vehículo que yo debía empujar por una larga carretera, sin saber que me encontraría al final de ese camino. Ahora tenía la sensación de que ese pequeño cochecito se había convertido en un bólido, que me llevaba dentro y que me arrastraba por esa carretera, a una velocidad de vértigo. Sin embargo, ahora sabía que era lo que me podía encontrar el final del camino. Y sólo existían dos posibilidades. Uno: chocarme con una inmensa pared y acabar muerta, fría y vacía de todo, de sangre, de luz y de vida. O dos: tener la eternidad ante mí, siendo la mujer más feliz del mundo. Pero a pesar de todo, yo no era quien conducía ese vehículo. El timón de mi vida estaba en manos de Chris.
  No me quedó más remedio que conformarme con aquello, con la vana esperanza de que Lucian entendiera mis razones y comprendiera que mi vida no tenía sentido sin Chris, y que éste tuviera el suficiente autocontrol como para tenerme sin matarme, como había dicho en reiteradas ocasiones.
  Los días posteriores a la llegada de Lucian y a la confesión por mi parte a mi familia de toda la verdad que nos rodeaba, pasaron a velocidad de vértigo. Pusimos en marcha todos y cada uno de los pasos que Lucian había indicado que debíamos seguir para no levantar sospechas, y no nos fue del todo mal. Bueno, excepto a  Trizia, que le dio un ataque de histeria cuando comprobó, que para hacer más verídico el atraco a su tienda, Andros y Olimpia no se habían limitado simplemente a robar, sino que destrozaron algunas cosas. Llegó a casa hecha una furia. Parecía que escupía fuego por la boca, los ojos se le salían de las órbitas y los tenía inyectados en sangre. Se puso a gritarles a Andros y Olimpia. Incluso hubo un momento en el que temí en que le soltara un bofetón a mi cuñado. Por suerte para su mano, no fue así. Se la habría roto en mil pedazos.
  Keinan fue recuperando poco a poco su normal comportamiento, aunque de vez en cuando seguía pareciendo ausente y distante. Dejé de tratar de averiguar el por qué. Ya tenía bastante con ordenar mi vida.
  Drake se pasaba horas y horas metido en la biblioteca, devorando libros o hablando por teléfono con Osiris, el padre de Helia, al cual invitamos a la ceremonia.
  A pesar de tener una habitación para él en la casa que Chris había comprado, Helia se mudó con mamá. Y me pareció lo más lógico, teniendo en cuenta la cantidad de oídos indiscretos que habían en esa casa. No se podía pedir intimidad cuando los habitantes de aquella morada eran capaces de escuchar el corretear de un ratoncito a medio kilómetro de distancia.
  Yo no regresé a casa con Victoria. Me mudé a mi nuevo hogar. Fue petición de Chris, y acepté sin pensármelo dos veces. En medio de toda aquella locura, sólo me importaba estar el mayor tiempo posible con él, dormirme abrazada a su escultural pecho de hielo, dejando que su aliento cosquilleara en mi garganta y que mi mente divagara por todo aquello que quería que ocurriera en mi noche de bodas. Como siempre, mi única prioridad era mi adorado ángel.

domingo, 29 de mayo de 2011

La Llama del Ángel (Capítulo VI)


RUEGOS
  No esperé a que Lucian me dijera nada, y mucho menos le di tiempo a Chris para que me pusiera alguna pega o impedimento a mi necesidad de hablar con su hermano, así que nada más terminé de decir aquellas palabras, salí de la casa y me encaminé hacia la espesura del bosque. Si me quedaba cerca de la magnífica casa que Chris había comprado para que fuese nuestro hogar, habría más de dos pares de orejas capaces de oír cada una de mis palabras, y no quería que fuera así. Quería que mis motivos y argumentos fueran míos y de con quién yo decidiera compartirlos.
  Agudicé un poco mis sentidos y en cuanto escuché los silenciosos pasos de Lucian tras de mí, saqué a la cazadora que llevaba dentro. Giré mi cabeza, le sonreí a Lucian, con mis colmillos fuera, y eché a correr en cuanto vi su sonrisa de complicidad. Me siguió sin ninguna dificultad.
  Me detuve cuando consideré que ya estábamos lo suficientemente lejos para que no escucharan nuestra conversación desde la casa. Di un brinco y me senté en lo alto de una gruesa rama a unos ocho metros de altura. Me imitó y al segundo siguiente lo tenía frente a mí, tan guapo como siempre, y ahora relajado al no estar su hermano delante y no contemplarme entre sus brazos.
  -Veo que sigues necesitando desfogarte.- Me dijo al comprobar que todavía no había escondido a la cazadora.
  -Y a ti te sigue gustando tensar la cuerda.- Alcé las cejas cuando dije aquello y los restos de mi demoníaca esencia quedaron ocultos bajo mi humanidad.
  -Nunca fuimos los mejores hermanos del mundo. La inmortalidad no mejoró esa situación.
  -Y que yo me enamorara de él, tampoco fue un cambio para mejor, ¿no?
  -No, Kara. No lo fue.
  -Hasta que no apareció Chris, nunca me insinuaste nada.- No quería que aquello sonara como un reproche, pero no lo conseguí.
  -Jamás creí que fueras capaz de amar a uno de nosotros.- Y sus palabras también sonaron a censura.
  -Te quise, Lucian. De hecho te sigo queriendo. Pero no puedo amarte. Sólo puedo hacerte un hueco en mi corazón.
  -Mientras que mi hermano ocupara la inmensidad del mismo, ¿cierto?
  -Sin él no soy nada, Lucian. Chris es la única razón de mi existencia, y sabes que eso es en el más literal de los sentidos. No tengo vida sin él.
  -Pero arriesgas tu existencia a cada segundo que pasas cerca, Kara. Podría matarte.
  -Lucian…- suspiré tratando de templar mis nervios y busqué la manera de que mis palabras no le hirieran más de lo absolutamente necesario.- Lo has visto, Victoria te lo ha mostrado. ¿Realmente podrías considerar eso como vida, existencia o algo similar?- No dijo nada, desvió la mirada de mis ojos, pero antes de hacerlo pude ver como su expresión se cargaba de culpa. Pasé mis dedos por su mejilla y le obligué a mirarme de nuevo.- No te lo voy a reprochar. Sé que en el fondo lo único que querías era mi bienestar.
  -Sólo quería protegerte.- Y sus gélidos dedos de hielo imitaron mi gesto, acariciando mi mejilla derecha.
  -Lo sé. Y Chris también, por eso creyó que era lo mejor y se fue. Pero no podéis salvaguardarme de lo que soy. Y lo que soy conlleva un montón de riegos para mi vida. Tanto si estáis, como si no.- Y aparté su mano de mi cara con suavidad. Mi gesto no le ofendió.
  -Te he echado de menos.- Musitó, con aquellos bellos ojos mirándome con auténtico cariño y ternura. Chris no era capaz de mirarme así. La mirada de mi ángel siempre estaba cargada de dos cosas. Devoción y culpa.
  -Me gustaría poder decirte lo mismo, Lucian. Pero cuando os fuisteis, mejor dicho, cuando tu hermano se fue, me prohibí a mi misma recordar y me negué a olvidar. Pensar en ti hubiera evocado una reminiscencia tan dolorosa que no hubiera sido capaz de soportarlo. Hubiera significado mi muerte.

sábado, 28 de mayo de 2011

La Llama del Ángel (Capítulo V)

PACTO
  Fue Victoria, con su curiosidad innata y su facilidad para exponer sus pensamientos e ideas en voz alta, la que rompió el silencio.
  -¿Y treinta hombres son suficientes para acabar con todos vosotros?
  -En principio, no.- Respondió Drake.- Pero hay que tener en cuenta que Jake no sabe que estamos aquí. Mi pregunta es, ¿no sospecha él que si le hace algo a algún miembro de esta familia, el resto acudiremos en su ayuda?
  -¿A dónde quieres llegar, Drake?- Pregunté, porque sabía que tras sus suposiciones y teorías, siempre había algo más.
  -¿No es posible que Jake sólo haya transmitido a Charles lo que le ha convenido y oculta un as bajo la manga? Ni siquiera treinta hombres fuertes y armados me parecen los suficientes para deteneros a ti o a Chris.
  -La idea de Jake no es detenernos, sino capturar a alguien que sea querido y apreciado de manera especial por mí, y ofrecerme su vida a cambio de la mía. Luego, pretenderá hacerle creer a Chris que me perdonará la vida a cambio de la suya.
  -Pero tú no dejarás que él dé su vida por ti. Lucharás antes de permitir algo así.- Siguió especulando Drake.
  -Es un poco complicado que yo luche si ya estoy muerta.- Y el eterno pecho de Chris volvió a gruñir de manera aterradora, acompañado por el de Lucian.
  -Sigo pensando que Jake oculta un as bajo la manga.- Dijo Drake, que parecía que pensaba en voz alta en vez de hablar con alguno de nosotros.- Si no, su plan no tiene ni pies ni cabeza. Charles debe haberle dicho que Chris ha vuelto.
  -No lo ha hecho.- Repliqué.- Quería colgarse él solito el mérito de haberme atrapado a mí o a Chris. O incluso a ambos.
  -De todas formas, -dijo Lucian mientras se ponía en pie, -tenemos otro problema añadido.- Y sus bonitos ojos azules se fijaron en mi amiga y hermana del alma.- Hemos roto el pacto.
  -¿El pacto?- Dijo Vic, frunciendo el ceño.-  ¿De qué hablas?
  -¿Le hablaste del enfrentamiento que hubo hace siglos entre los cazadores?- Me preguntó Lucian, sin dejar de mirar a los ojos de Victoria.
  -Más o menos. Les comenté por encima qué es lo que ocurrió, pero no entré en detalles.
  -Entonces, tal vez, sea mejor que les contemos todo lo que ocurrió.- Dijo Lucian mientras tomaba de la mano a Victoria y la invitaba a sentarse en una de las sillas. Él tomó asiento a su lado. -Hace unos ochocientos años, la casta de los cazadores era bastante grande, y dentro de la alta esfera, es decir, de los que tenían el poder, comenzaron a haber disputas internas. Y esas peleas tenían que ver con nuestra existencia y con el poder. Algunos de los cazadores creían que no todos los que eran como nosotros debían ser cazados y eliminados. Algunos de nosotros, entre los que estábamos Helia y yo, Osiris, su esposa y alguno que otro más, nos negábamos a ser lo que éramos y a alimentarnos de humanos.- Victoria tembló ligeramente en su silla cuando oyó aquellas palabras, y Lucian agachó la cabeza durante un segundo, probablemente por la vergüenza que sentía al haber habido una época de su vida en la que él siguió esa dieta.- Pero aun así, los cazadores parecían dispuestos a eliminarnos. Hubo uno de ellos, un máximo jefe de escuadrón, que no creía en lo mismo. De hecho, él pensaba que era posible una coexistencia pacífica entre ambas especies. Es más, nos ofreció una paz a cambio de un pacto, que ambas partes debíamos cumplir. El pacto de Maximiliano, consistía en que ninguna de las dos partes debía revelar la existencia de ninguno de los demás a los simples humanos. Ellos debían seguir permaneciendo en la ignorancia. A cambio, nosotros no nos alimentaríamos de humanos y los guardianes acudirían en nuestra ayuda cuando fuera necesario, como ocurrió el día de la playa. Ese pacto no se ha roto a lo largo de ocho siglos, y entre los guardianes, como se hacen llamar, y los morwins, como se nos conoce, no ha habido ningún problema. De hecho, de vez en cuando, nos reunimos y tenemos largas conversaciones. -Victoria seguía el hilo de la historia que Lucian contaba, aunque realmente parecía que solo le hablaba a ella.- No obstante, los guardianes son expertos en el arte de la lucha. Yo mismo les he visto luchar y entrenarse. Son mucho más buenos que los cazadores, porque para ellos el fallo no está permitido, y deben ser capaces de matar tanto a los nuestros, como a los humanos. Sin excepción, sin vacilación y sin remordimientos. Son sensatos y estudiosos, guerreros y letales. Jake no es más que un insignificante guerrero a su lado.

viernes, 27 de mayo de 2011

La Llama del Ángel (Capítulo IV)


PELEA
  Tenía mi cabeza enterrada en el pecho de Lucian, pero escuché claramente aquel aterrador sonido de ultratumba que tan bien conocía. El rugido del sempiterno pecho de Chris.
  -¡Suéltala!- Exigió, con la furia reflejada en su voz.
  Me revolví entre los brazos de Lucian. Advertí como se aflojaban y escapé de ellos, para correr al lado de Chris. Me envolvió en el círculo que formaron los suyos, delicadamente, como si fuera una pequeña y delicada muñequita de porcelana. Y una momentánea paz recorrió mi cuerpo, cuando sentí como sus labios, fríos como témpanos de hielo, besaban mis rojizos cabellos. Pero aquella sensación de calma fue efímera. Escuché el bramido del pecho de Lucian.
  Contemplé durante un segundo la escena. Parecía sacada de una película de terror y suspense.
  Helia soltó a mi madre, y musitó algo a su oído. Vi como mamá llamaba a Trizia con la mano, para que acudiera a su lado. Ellas eran las que más alejadas estaban de Lucian y Chris.
  Keinan y Drake se pusieron detrás de Lucian. Se prepararon para atrapar a su hermano si aquello se salía de madre. Y parecía que así iba a ser.
  Andros y Olimpia estaban detrás de nosotros. Pero ellos no eran capaces de detener a Chris. A pesar de sus catorce años de abstinencia, él seguía siendo el más fuerte. Así que yo también me preparé para sujetar a Chris si ellos decidían pelear. Y eso era lo que parecía que iba a ocurrir. Mi temor de que ellos lucharan hasta la muerte por mi causa, se hacía más latente a cada segundo.