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domingo, 31 de julio de 2011

Recordatorio Beso (Capítulo IV)


BESO
Si mi dormitorio era triste, sin adornos, el despacho que ocupaba en la empresa no era menos deprimente. En una pared había una larga estantería, llena de carpetas, perfectamente ordenadas. Fuera se podía ver las fechas y el contenido de cada una. Sobre mi mesa estaba el ordenador, un bote con bolígrafos y lápices, una cesta de plástico, con papeles dentro, y nada más. Ni adornos, ni fotografías o cuadros en la pared, nada. Dejé el bolso y la chaqueta en el perchero que había tras la puerta, y me senté.
Me froté los brazos, tratando de calmar a las hormiguitas que seguían frenéticas y desquiciadas. Las mariposas parecían calmadas, de momento. Encendí el ordenador y me puse a trabajar. (...)
(...)
-Nunca debí cruzarme en tu vida.- Se castigó, más de lo que ya se castigaba.
-No digas eso…, por favor…, no lo digas.- Imploré, con dolorosas lágrimas apuntando en mis ambarinos ojos, mientras mis dedos seguían recorriendo su hermoso rostro angelical.
-Te lo compensaré.- Y sus palabras sonaron como un juramento.
Lentamente acercó su rostro al mío, con sus oceánicos ojos clavados en los míos, acariciándome el alma con aquella devota mirada suya. Las hormiguitas se despertaron y corretearon febriles por cada centímetro de mi cuerpo. Mi rostro seguía entre sus manos y se acercó un poco más a mí. Ahora sólo unos milímetros nos separaban, escasos milímetros que me parecían kilómetros. Se detuvo un segundo, una breve milésima de tiempo, para musitar.- Te amo.- Y frunciendo el ceño, al tiempo que cerraba los ojos con fuerza, posó sus carnosos labios sobre los míos, dulce y castamente, sin respirar, sin soltarme, dejándome probar su dulce sabor por primera vez en mi vida. Me aferré a su cuello, entrelazando mis finos dedos a sus dorados cabellos, deseando que se dejara llevar y que me arrastrara con él. Fue un beso dulce, que despertó cada uno de mis sentidos, que desató a la mujer, enterrada durante años, que me hizo sentir viva. Fue delicado, tierno y sublime, cargado de sufrimiento y de amor infinito. Fue mi primer beso. No el primer beso que él me daba, si no el primero que recibía en toda mi vida. Jamás nadie había probado mis labios. Por qué tenían dueño, incluso desde antes de conocerle. Le pertenecían a Chris, como le pertenecía mi vida.




Un beso, un abrazo y un mordisco

sábado, 30 de julio de 2011

Recordatorio Explicación (Capítulo III)

EXPLICACIÓN
Entré en casa cuando conseguí recuperar un poco la compostura. Inspiré pausadamente, templando mis nervios y fui al salón. Las paredes de aquella estancia estaban pintadas de diferentes colores, mezclándose el verde pistacho y el fucsia. Los muebles eran blancos y lo único de color oscuro era la pantalla plana. Las cortinas combinaban a la perfección con el color de las paredes. Se notaba que aquella estancia había sido decorada por Victoria, porque rezumaba vitalidad y alegría por todos los lados. Era un claro reflejo del carácter de mi mejor amiga.
Para mi sorpresa mi madre estaba allí. ¡Genial! Vi que sobre una silla estaba mi gabardina y mi bolso, y sobre la mesa mis regalos de cumpleaños. Aunque el mejor de ellos había desaparecido escaleras abajo, instantes antes. Igual que se había ido el día de mi dieciseisavo aniversario, había vuelto el día que cumplí treinta años.(...)
(...)
Mamá se puso en pie y, sin mediar palabra, cogió el bolso, su abrigo y se fue cerrando la puerta de casa de un enorme portazo. Di un pequeño salto en el sillón al oír aquel estruendo. Los sonidos ya no llegaban ahogados a mis oídos. Todo comenzaba a cobrar vida a mí alrededor.
Giré la cabeza y vi que Victoria permanecía de pie junto a la puerta del salón.- Gracias.- Musité.
-De nada.- Dijo mientras se sentaba frente a mí.- ¿Me lo cuentas?
-¿No has dicho que te daba igual?- Empecé a notar cómo me pesaban los párpados. Me recosté ligeramente en el sillón. ¿Cuánto hacía que no dormía? Como mínimo dos días.
-Y me da igual. No quiero saber quién es, quiero que me cuentes porque sonríes de esa manera.- Dijo señalando mi rostro. Volví a girar la cabeza y a mirar mi reflejo en la pantalla. Era cierto, sonreía.- Porque para mí esa sonrisa sólo tiene un motivo.- Y lo dijo muy pícara y maliciosamente.
-No es lo que estás pensando.- Noté como mis mejillas se ruborizaban.
-¿De verdad piensas que me voy a creer que has estado cinco horas simplemente hablando con él? Kara, por favor, que no soy imbécil. Sólo le encuentro una explicación a tamaña sonrisa.- Y se repantigó en el sofá, a la espera de mi respuesta.
¿Cómo le explicaba a Victoria que aquello que ella creía que había pasado, era lo único que Chris parecía dispuesto a negarme? No le podía explicar aquello, así que opté por improvisar, sin tratar de mentirle mucho.
-¿Y cuál es esa explicación?- Ya suponía lo que me iba a decir, pero probé suerte.
-Has echado el polvo de tu vida.- Y se regodeó de su respuesta.
-¡VICTORIA!- Grité. Efectivamente acerté en mis suposiciones, pero jamás me acostumbraría a su tranquila y espontánea forma de hablar sobre el sexo.- Chris no es de eso.- Fue lo único que se me ocurrió decir.

viernes, 29 de julio de 2011

Recordatorio Primeras Palabras (Capítulo II)

Para todos aquellos que quieren participar en el concurso para ganar un ejemplar dedicado de EL Ángel de la Destrucción, os dejo el segundo capítulo, para que podáis hacer el booktrailer. Un beso, un abrazo y un mordisco!!!Tras haberos dejado el primer capítulo de El Ángel de la Destrucción, os informo de que os voy a ir dejando pequeños fragmentos de cada capítulo. Os dejaré el principio de cada uno, más el trozo más significativo para mí. Espero que os guste. (Este capítulo no está entero, pero os podéis hacer una idea con lo que hay escrito)
Un beso, un abrazo y un mordisco!!!!!
PRIMERAS PALABRAS
No había nadie en la calle, y la lluvia caía con tanta fuerza que nos ocultaba tras una espesa cortina de agua. En tres enormes pasos se plantó, conmigo entre sus titánicos brazos, ante un coche negro, un todoterreno, de esos que parecen familiares y que tan de moda se habían puesto. Abrió la puerta del copiloto y me metió dentro de él.- Abróchate el cinturón.- Me exigió su fantasmagórica voz. Obedecí, mientras veía como él pasaba, a una velocidad poco humana, por delante del capó del coche. Cerró su puerta de un fuerte golpe y arrancó. El interior de aquel habitáculo estaba iluminado, únicamente, por las luces del salpicadero; pero aun así pude ver como sus ojos seguían llameando infernalmente. Los músculos de su cuello estaban tensos, y apretaba su mandíbula con fuerza. Me di cuenta que no respiraba. Desvié un minuto la mirada de su perfecto y adónico rostro y observé hacia donde nos dirigíamos. Había tomado la tortuosa carretera que llevaba a una pequeña playa de blanca arena, a los pies de un acantilado. Se dirigía a nuestra playa, a la misma en la que había estado cuarenta y ocho horas atrás y en la que me había derrumbado. Iba a una excesiva velocidad, y ni tan siquiera había puesto en funcionamiento el limpiaparabrisas ni encendido las luces. La lluvia descargaba con fuerza sobre nosotros, golpeando el techo del vehículo, como si millones de tambores replicaran a la vez. A pesar de que la playa estaba a unos quince kilómetros de la pequeña ciudad donde vivía, llegamos en tan sólo cinco minutos. Su conducción había sido, cuanto menos, temeraria. Frenó en seco, y cerró los ojos fuertemente, al tiempo que aspiraba una suave bocanada de aire. Vi como su cuello se destensaba y como aflojaba su mandíbula. Poco a poco se iba calmando. Lentamente giró su cabeza, a la vez que abría sus hermosos ojos lapislázuli, y me miró. - Lo siento Kara. No debería de… -Su cantarina voz había regresado, acariciando mis tímpanos como una bella melodía.
-Déjalo Chris. No quiero una disculpa.- Le interrumpí. ¿Qué me iba a decir? ¿Qué sentía haberse ido durante catorce años, o que se lamentaba de haber vuelto? Preferí seguir con la duda. (...)


(...)
-Eres tan humana. No pienso ir a ningún sitio sin ti.- Y tiró suavemente de mí, haciéndome caer, inesperadamente, entre sus poderosos brazos. Alcé mi rostro y clavé mis ambarinos ojos, más parecidos en aquel momento a caramelo líquido que a una gema semipreciosa, debido a la excitación que me provocaba estar cerca de él, en los suyos.
-Júralo.- Le ordené. Mi aliento volvió a rozar su rostro, mas no se apartó.
-¿Por qué quieres que lo jure?- Jamás me daría nada de buenas a primeras. Eso era algo que ya había aprendido hacia poco menos de quince años.
-Por qué tu palabra es lo más valioso que tienes, y sé que no romperás ese juramento.- Era mentira. Que estuviera delante de mí, envolviéndome dulce y letalmente entre sus brazos, aspirando mi efluvio, significaba que ya había roto una promesa. La que hizo catorce años atrás, el día de mi dieciseisavo cumpleaños, cuando juró que no volvería a mi lado. Pero por lo menos, si posteriormente rompía su palabra, tendría algo que recriminarle. Aunque no sirviera de mucho, la verdad.
-Lo más valioso que tengo no es mi palabra.- Bajó la cabeza, dejando sus labios a escasos milímetros de mi oreja izquierda.- Lo más valioso que tengo eres tú.- Musitó a mi oído, dejando que su aterciopelado aliento rozara mi cuello. Y luego depositó, dulce y castamente, sus carnosos y perfectos labios sobre la base de mi garganta, antes de saltar, repentinamente, a la fría y oscura noche.



miércoles, 27 de julio de 2011

El Ángel de la Destrucción

Aquí tenéis el primer booktrailer que nos han enviado para que vayáis votando. Recordad que a más vídeos, más posibilidades de ganar tenéis.
Un beso, un abrazo y un mordisco

martes, 12 de julio de 2011

¿Quieres ganar un ejemplar de El Ángel de la Destrucción dedicado?

Hemos decidido hacer un concurso para que podáis ganar un ejemplar de El Ángel de la Destrucción dedicado y una camiseta de Oculta Nocturnia.
Bien, el concurso consiste en lo siguiente, queremos que hagáis un booktrailer sobre El Ángel de la Destrucción y que nos lo enviéis por mail o nos deis el enlace de youtube para colgarlo en los blogs, Saga El Ángel y Oculta Nocturnia. También los colgaremos en las páginas que los blogs tienen en Facebook. El Booktrailer que más votos tenga, se llevará una camiseta de Oculta Nocturnia y un libro De El Ángel de la Destrucción dedicado.
Si alguno de vosotros no ha leído el libro, os recuerdo que el el blog Saga El Ángel podéis leer varios pedazos de los capítulos del libro. El concurso está abierto para todo el mundo, sean de España o de cualquier país. El plazo es de un mes, contando desde hoy. Pensad que cuanto antes hagáis el booktrailer, más tiempo tendréis para que sea votado y más posibilidades tendréis de que sea votado.  Recordad que le booktrailer es sobre el primer libro de la Saga, El Ángel de la Destrucción.

sábado, 9 de julio de 2011

Almas Gemelas


ALEXANDER
Dejé que Chris tomara la iniciativa. Me volvió a cargar en sus hombros y me llevó por medio del bosque, hasta el palacete. Abrió la puerta de una patada y me soltó en el suelo, sin ninguna delicadeza por su parte. En el palacete habían restos del efluvio de Victoria y Lucian, y supuse que era allí donde mi cuñado la había llevado para hablar. Ahora parecía que Chris quería hacer lo mismo conmigo.
Seguía furioso, y sus ojos eran dos llamas rojas, sus colmillos estaba fuera y sus uñas resplandecían como puñales asesinos. Y por si aquello ya no era de por sí un claro indicio de su soberano cabreo, su pecho se puso a rugir. Me iba a caer una bronca y de las gordas.
-¿Por qué has dicho que te consideras un monstruo? Hace un rato me has dicho que ya no te veías como tal.- Dije tratando de suavizar la situación.
-Y no lo soy. Dejé de matar por placer cuando te conocí, Kara. Pero tú, hace un rato, has matado por gusto, por placer. Te dije que no quiero que te conviertas en un monstruo, en alguien como yo.
-Necesitaba la información, Chris.
-¡Y un cuerno, Kara! Has estado a punto de matar a Jake, y te has cargado a un cazador por placer. Lo he visto en tus ojos. Te has bebido su sangre y le has robado su luz.
-A eso se le llama alimentarse.
-No me provoques, Kara. Ni siquiera tenías hambre o sed. Eso lo vería venir.- Sus ojos seguía centelleando, y sus colmillos resplandeciendo. Las uñas habían vuelto a su posición normal. Parecía que el enfado se le pasaba.
-¿Cómo estás tan seguro?
-Porque tu luz no ha brillado por hambre. Ha brillado por sed de venganza. Te has descontrolado ahí dentro. Se te ha ido de las manos, y lo sabes.
-No estoy tan segura.- Dije por lo bajini, pero me oyó.
Se plantó en dos pasos frente a mí, me agarró por los hombros y me fusiló con la mirada. Su pecho volvió a rugir. Volvía a estar cabreado, muy cabreado.
-Escúchame bien, o encuentras la forma de canalizar tu energía o te juro que no volvemos a casa. No voy a exponer ni a los niños ni a nadie humano a tu furia. Aunque te tenga que encerrar en un sótano durante siglos, ¿me oyes?
Y me volvía enfurecer.- ¿De verdad crees que le haría daño a mis hijos o alguien de mi familia, Chris? ¿Te has vuelto loco o qué?- Sentí como las llamas volvían a prender en mi interior. Me descontrolaba por momentos sólo con pensar que no quería que viera a mis hijos.
-Es por tu bien, Kara. ¿Qué pasaría si te descontrolaras y atacaras sin querer a tu madre, a Vic o a Trizia, eh? ¿Qué te crees que pasaría?- Me gritó encolerizado.
-¡No lo haría!- Le repliqué yo gritando tan fuerte como él.
-¿Y cómo estás tan segura?- Me volvió a berrear.
-No lo sé, pero no lo haría.- Repliqué yo mirándole a los ojos. Ambos estábamos enfadados, y mi luz iba envolviéndonos a los dos. Sentí como Chris temblaba ligeramente por la fuerza que yo estaba desprendiendo.
-Lo harías, Kara. De eso estoy seguro.
-Jamás haría daño a alguien de mi familia.- Le refunfuñé.
-Tienes que encontrar la forma de canalizar esa energía, Kara. O esto se te escapará de las manos.
-¿Y cómo quieres que lo haga?- Le volví a gritar mientras mi luz nos envolvía a los dos con más fuerza.
-¡No lo sé!- Me devolvió el grito y con ganas.- ¡Pero hazlo!
Y entonces aquello se me escapó de las manos. No sé por qué, de hecho, por muchas vueltas que le he dado en estos años, sigo sin saber por qué hice aquello. De pronto, sentí la apremiante necesidad de él, de canalizar toda mi furia, mi fuerza y mi poder a través de él. Agarré una de sus muñecas e hinqué mis dientes. Chris se estremeció, de placer y dolor entre mis colmillos.
Bebe de mí.- Le dije mentalmente. Quería saber todo lo que sentía él en aquel momento. Necesitaba saber todo lo que él sentía y anhelaba de mí. Necesitaba que él me ayudara a canalizar todo lo que sentía yo en aquellos momentos. Sin importarme las consecuencias, sin importarme si aquello se nos podía ir de las manos a los dos y podíamos acabar muertos. Sólo sabía que lo necesitaba a él.
-No.- Me respondió.
Por favor.- Imploré. No podía llorar. Aquello era algo que había muerto en mi transformación, pero aunque mis ojos no podían derramar lágrimas, mi alma si podía hacerlo. Y lloré. Lloré por su amor, por su perdón, por mi necesidad de él, por miedo, por temor, por dolor, por sufrimiento. Lloré como jamás lo había hecho si siquiera cuando era humana.- Ayúdame.- Le imploré.
No sé que le hizo cambiar de opinión. Tal vez fueran mis lágrimas secas, o puede que los gritos desesperados de mi alma. El caso es que se acercó una de mis muñecas a su boca y me mordió. Un escalofrío de placer empezó a recorrer mi cuerpo y entonces supe todo lo que necesitaba saber.
A través de su sangre, vi qué era lo que él esperaba de mí. Me vi junto a él, jugando con nuestros hijos, como si fuéramos una familia normal. Me vi reír junto a él y a nuestra familia, mientras Aquiles y Jade apagaban las velas de su primer cumpleaños. Me vi tumbada en una cama, junto a él, desnuda, con sus manos de hielo acariciando mi piel, no dejando ni un milímetro sin ser tocado por él. Me vi estremecerme de placer entre sus brazos, siendo humana por momentos, e inmortal en otros. Me vi corriendo por un bosque con él, mientras cazábamos las luces que había cerca. Me volví a ver amada entre sus brazos, bajo su cuerpo de mármol, con él en mí, con su alma acariciándome, con su corazón latiendo a pesar de que eso era imposible. Le vi henchido de amor por mí, orgulloso de mí. Todo se limitaba a mí, a que yo tuviera la inmortal existencia que él no había tenido. Una eternidad plácida y feliz, junto a él.
Desclavé mis colmillos de su muñeca y le miré a los ojos. Él había hecho lo mismo, y sus labios habían dejado de succionar mi sangre. Sus ojos volvían a ser azules, arrebatadores, hirientes cuando tanta devoción y amor se agolpaban en ellos. Y entonces supe que no podía defraudarle. No a él. No después de que estuviera casi mil años esperándome. No cuando yo era la única que le podía aportar la paz y la calma que su alma necesitaba. No se trataba de mí. Ya no. Se trataba de nosotros, de las dos partes de un todo.
Acaricié su rostro de hielo, con suavidad, mientras mi luz se encogía en mi interior. Imitó mi gesto, y con mi rostro entre sus nervudas manos, acercó sus labios a los míos y me besó. Sin avaricia, sin locura, con amor. Con tanto amor que me dolió el alma. Por encima de todo, de su inmortalidad, de su poder, de su hambre de mí, de su necesidad de mí, estaba el inmenso amor que sentía por mí. Y en aquel beso me lo dejó claro. Tan claro que me quise flagelar por todas las veces en las que mi cabezonería se lo había puesto difícil, muy difícil. Esta vez, tanto el hombre como la bestia gritaban cuánto me amaban.
Empecé a desabrocharle la camisa. Mis manos decidieron obrar por su propia cuenta, y yo decidí que fueran mi alma y cuerpo los que hablaran por mí. Chris soltó mi rostro, sin dejar de besarme, para que yo pudiera quitarle la camisa. Abrí los ojos cuando se la hube quitado y dejé de tener su rostro entre mis manos, para poder acariciar su marmóreo pecho. Mientras mis ojos se perdían en la inmensidad de los suyos, mis manos hicieron lo propio en su torso.
Chris imitó mi gesto, y me quitó la camiseta que llevaba, dejándome ante él medio desnuda. ¿Sé podía sentir vergüenza? No lo sé, pero yo estaba segura que me había ruborizado. Temblaba de vergüenza ante él, por estar insegura. Las veces que habíamos hecho el amor, no servían de nada. Para mí, en aquel momento, era como si fuera la primera vez, como si me fuera a entregar a él por primera vez. Y tal vez era así.
Sus brazos me encerraron en la prisión que formaban alrededor de mi cintura. Los milímetros que nos separaban desaparecieron. Nuestras pieles se rozaron, y nuestras almas de acariciaron. Si se podía morir de placer, yo me estaba muriendo en esos momentos.
Me agarró por la cintura, y me obligó a sentarme en su cadera. Una de sus manos se posó en mi nalga, aferrándome a él. La otra se perdió en mi nuca, obligándome a acercar mi rostro al suyo para volver a besarme.
Conmigo aferrada a él como quién se aferra a la vida, subió las escaleras. Nuestros labios no se separaron. Era lo bueno de no necesitar respirar. El beso se podía alargar hasta el infinito.
Sin dejar de besarme, me dejó en el suelo, y sus manos empezaron a pelear con el cierre del sujetador. Por un momento creí que me lo arrancaría, pero no fue así. A pesar de que mi lengua había rozado uno de sus colmillos y de que parecía que yo estaba entre las manos de la bestia, era el hombre el que llevaba el control. Y el hombre me estaba amando, esta vez sin dolor, sin sufrimiento, sin miedo o temor a herirme. Bestia y hombre me amaban, y ninguno de los dos podía ganar la batalla, porque ambos me querían de igual manera.
Mis manos se volvieron a perder en su torso, acariciándolo desde el cuello hasta el ombligo. Llegué a la altura del botón de sus vaqueros, y se lo desabroché. Metí los pulgares entre los calzoncillos y su piel, y lo dejé desnudo. Y él imitó mi gesto. Ahora, simplemente éramos dos cuerpos uno frente al otro.
Y entonces decidí mirarle como no lo había hecho hasta ahora. Observé el esplendor de su cuerpo, la magnificencia de su anatomía, de cada centímetro de su piel, mientras él hacía lo mismo conmigo. Nos acariciamos con las miradas. Y ambos, temblamos de placer.
Me volvió a envolver entre sus brazos. Mi cuerpo tembló, porque pedía a gritos que él me amara, que me hiciera suya. Me tomó en brazos, me tumbó en la cama y yo me dejé llevar.
Sus manos no dejaron un milímetro de mi cuerpo sin explorar. Las mías se perdieron en su anatomía. Sus labios besaron mi cuerpo, su lengua lamió mi ser. Me pareció escuchar como nuestros corazones, congelados en el tiempo, se aceleraban y corrían juntos hacia el colapso. Y entonces, cuando Chris entró en mí, todo fue diferente. Realmente, era la primera vez que hacíamos el amor.
Él se hundió en mí, con la delicadeza con la que solía hacerlo. Yo me agarré a él, como quién se agarra a la vida, gimiendo y estremeciéndome, oyendo como él jadeaba de placer y amor. Y entonces, mi luz volvió a brillar.
Nos envolvió a los dos, con más fuerza que nunca. La cama se movió, y no era por nuestros movimientos. Era por la fuerza que mi luz desprendía. Miré a los ojos de Chris, esperando ver un atisbo de enfado o furia por su parte. Pero no lo vi. Sólo había amor, y placer, mucho placer.
Mi luz entró en él. Sin que yo pudiera hacer nada por impedirlo. Chris se estremeció, sobre mí y dentro de mí. Nuestros cuerpos temblaron, mientras nuestras caderas seguían el movimiento de las otras. Chris tiró la cabeza hacia atrás y lanzó un grito, un grito de placer. Y yo le seguí, alcanzando el clímax junto a él. Entonces mi luz, volvió a mi cuerpo, saliendo de él y dejando de envolvernos en un aura roja. Las llamas del infierno que latían en mi interior, volvieron a su lugar.
Nuestros ojos no podían llorar, ni de dolor, ni de felicidad, pero a pesar de no poder derramar lágrimas, ambos lloramos. De felicidad.
Chris no salió de mí. Tampoco le hubiera dejado. Creo que era consciente de eso. Me agarró por la cintura, me pegó más a él, y se tumbó de lado, con uno de mis muslos por encima de su cadera y él en mi interior. Hundí mi rostro en su pecho de hielo, y dejé que su aliento cosquilleara en mi coronilla, impregnando mis cabellos de su efluvio. Me besó en el cogote. Levanté la cara y le miré a los ojos. Y en aquellos pedazos de océanos sólo había dos cosas. Amor y orgullo. Lo que en aquellos momentos sentía por mí.
Acerqué mis labios a los suyos y le besé. Quería que fuera un beso tierno, pero no lo conseguí. El hecho de que él todavía estuviera en mi interior, acogiéndole, hizo que acabara besándolo con avaricia.
Y entonces, hizo algo que no creí que jamás haría por iniciativa propia. Bajó su rostro hasta mi cuello y sus colmillos se clavaron en mi yugular. Grité, de placer, cuando las imágenes comenzaron a sacudir mi mente. Mi cuerpo empezó a vibrar, sintiendo en mi piel todo lo que él había sentido. Y alcancé mi segundo orgasmo, sin necesidad de que él se moviera en mi interior. Cuando mi grito invadió la habitación, y probablemente la mitad del bosque, sacó sus colmillos de mi cuello. Agarré su rostro entre mis manos, le obligué a girar la cabeza e imité su gesto.
Su sangre, poca porque no quería beber mucha y porque él tampoco había bebido demasiado de mi, comenzó a resbalar por mi garganta. Chris comenzó a jadear de nuevo, su cuerpo volvió a temblar y en un momento determinado, él también gritó de placer. Sentí como por segunda vez inundaba mi interior.
Tras aquello, volví a enterrar mi rostro en su pecho, que empezó a ronronear. No me podía dormir, eso era algo que ya no podría hacer nunca más, pero cerré los ojos y me dejé llevar por la paz que sentía en ese momento. La paz que desprendía el alma de Chris. Y sonreí, feliz como jamás lo había sido.
-Gracias.- Musité muy bajito. Su pecho dejó de ronronear.
-¿Por qué?
-Por ayudarme.- Tomó mi rostro entre sus manos y me obligó a mirarlo a la cara.
-Soy yo el que te debe dar las gracias.- Iba a negar con la cabeza, pero me lo impidió.- ¿Eres consciente de lo que acabas de hacer?
-No.- Respondí con sinceridad. Realmente no sabía qué era lo que había pasado.
-Cuando creo que ya me lo has dado todo, vas y haces esto, Kara. Y ni siquiera eres consciente de lo que has hecho.
-Es que no sé qué he hecho, Chris.- Volví a perderme en sus ojos.
-Alimentarme Kara. Sin que yo pudiera hacer nada por evitarlo. Tu luz sigue dentro de ti, y mientras hemos hecho el amor, me has alimentado. Tu luz ha calmado el hambre de mi alma. Por un momento creí que te la iba a arrebatar, pero entonces me he dado cuenta que no era yo el que se alimentaba de ti, si no que eras tú la que habías decidido calmar mi hambre, sabiendo que no me podías dar toda tu luz. Y cuando mi hambre se ha calmado, tu luz ha vuelto a ti. Sigue aquí,- dijo poniendo un dedo en mi pecho,- brillando en tu interior, pero una parte de ella se ha quedado aquí, dentro de mí. Calmas mi sed con tu sangre, mi hambre con tu luz. Soy yo el que debe darte las gracias.
-¿No tienes hambre?- Negó con la cabeza.- ¿Ni sed?- Volvió a negar.-Pues te  juro que no tengo ni idea de cómo lo he hecho, Chris.
-Lo sé. Creo que no eras tú la que quería que esto pasara. Creo que era tu alma.
-¿Mi alma?- Dije juntando las cejas sin comprender.
-Sí. ¿Recuerdas la teoría de Drake sobre las unión de las almas?- Asentí. Según mi cuñado, si dos almas se unían, el inmortal ya no podría alimentarse de la luz del humano.- Bien, ¿y recuerdas cuando en el matrimonio de Trizia y Keinan puso una cuerda uniendo sus muñecas en símbolo de la unión de sus almas?
-Sí. En ese momento pensé que el matrimonio, bajo el rito que fuera, era la forma de unir las almas para que luego un inmortal no pudiera arrebatarnos la luz.
-Exacto. Yo también pensé lo mismo. Por eso creo que tu alma ha sido la que ha decidido por ti. Nuestras almas están ligadas, Kara. Se pertenecen, la una a la otra. Por eso no te pude robar la luz cuando te transformé. Por eso tu alma ha decidido compartir tu luz conmigo. Nuestros cuerpos se han amado, cielo, nuestros corazones se han amado, nuestras almas se han amado. Y te juro, que no hay nadie en este mundo que haya tenido lo que tú y yo acabamos de tener. Ninguna pareja inmortal del mundo ha tenido esto que nosotros acabamos de tener.
-Así que ahora te puedes alimentar de mí, si mi alma quiere, ¿no?
-Eso creo.
-¿Y por eso es por lo que tengo hambre ahora, no?
-Probablemente.
-¿Y por qué has vuelto a beber de mí, Chris?
-Porque quería que supieras lo que me has hecho sentir. Ese segundo orgasmo que has tenido, Kara, en realidad no era tuyo. No era más que el reflejo del que yo he sentido la primera vez. Y cuando tú has bebido de mí, el mío ha sido un reflejo del que tú habías sentido.
-¿Me estás queriendo decir que podemos sentir los orgasmos del otro?- Simplemente asintió mientras me volvía a tumbar en la cama, todavía dentro de mí.- ¡Vaya!- Exclamé sin querer.
-¿Tienes hambre?- Me preguntó mientras sus manos se perdían de nuevo en mi cuerpo. Asentí.- ¿De qué? ¿De mí, o de luz?
-De ambas.- Susurré.- Pero primero prefiero calmar ésta.- Dije alzando levemente las caderas.- Luego ya me enseñas a calmar la otra.
Rió feliz, mientras complacía mi petición.- Te amo.- Murmuró a mi oído, sin dejar de moverse en mi interior.
-Y yo a ti.- Respondí.
Perdí la noción del tiempo, del lugar, del espacio. De todo. Si mientras había sido humana amarnos había sido maravilloso, ahora era imposible encontrar una palabra en el diccionario que lo describiera. Hubo varios momentos en los que estuve segura que nuestros gritos se oían desde la otra casa, a más de cuarenta kilómetros de distancia, y tenía muy claro que ahora sería imposible hacer el amor en casa, con toda esa gente pululando a nuestro alrededor y con la capacidad de oír correr a un ratón a medio kilometro de distancia. Porque tenía muy claro que no pensaba ahogar ni un solo grito de placer.
No habíamos tenido bastante el uno del otro. De hecho, no creo que jamás, ni siquiera en toda la eternidad, íbamos a tener bastante el uno del otro. Pero yo tenía hambre, y no sólo de Chris. Y además, había que ir a ver a Alexander. Por mucho que me fastidiara reconocerlo, tenía otras cosas importantes de las que preocuparme y ocuparme.



Y esto es lo último que os dejo de esta novela. Y que conste que os lo he dejado porque sé que muchas de vosotras querías saber si entre Kara y Chris aumentaba la tensión y la pasión. Espero no haberos decepcionado!!!!!!!!!!!!!
Un beso, un abrazo y un mordisco!!!!!!

viernes, 8 de julio de 2011

Almas Gemelas (Capítulo II)

Hoy os dejo de nuevo una exclusiva. El segundo capítulo del tercer libro de la Saga El Ángel, Almas Gemelas.
Os recuerdoque todo lo que os dejo es en rigurosa exclusiva, puesto que el libro no está terminado, pero vosotros, angelitos míos, os merecéis esto. Sin vosotros, sin vuestras palabras de ánimo en momentos difíciles, esto no hubiera seguido adelante.
Un beso, un abrazo y un mordisco!!!!

DESPERTAR
  Había muerto. Bueno, un médico hubiera diagnosticado mi muerte, puesto que mi corazón se había parado. Pero mi cuerpo experimentaba un montón de sensaciones a cual más extraña, lo que me indicaba que mi final no había llegado.
  Para empezar, sentía como si mis células, una a una, se congelaran. Estaba segura de que podía incluso oír el sonido que hacían al quedarse estancadas en el tiempo. Incluso sentí como mi temperatura corporal caía en picado.
  Mi piel, aparte de enfriarse como lo estaba haciendo el resto de mi cuerpo, se estaba tornando dura como el diamante, al igual que mis músculos y mis huesos.
  Mi olfato se agudizó, al igual que mi oído, mi tacto y mi gusto. Lo de la vista no lo sabría hasta que no abriera los ojos, pero por el momento no lo iba a hacer. Necesitaba acostumbrarme a todos y cada uno de mis mejorados sentidos.

jueves, 7 de julio de 2011

OCulTa NoCturNia: Sinopsis de El Libro de Gabriel (Saga Vanir IV)

OCulTa NoCturNia: Sinopsis de El Libro de Gabriel (Saga Vanir IV): "Uf, uf, uf!!!! No me quedan uñas. Uf, madre, que ataque de ansiedad me está dando, y todo, porque navegando un poquito por los blogs a los q..."

El libro de la Elegida (Saga Vanir III)

Para la vaniria Daanna McKenna, la inmortalidad es como vivir una larga y agónica muerte. Marcada por las estrellas en su nacimiento, y ungida por los dioses en su transformación, se ha visto obligada a existir sobreprotegida, sin luz y sin libertad, esperando a que despierte el supuesto don que la hace tan importante para su clan. Ahora, cuando el ragnarök está llegando a sus puertas, los dioses exigen su participación directa en el desenlace de la guerra. Pero Freyja no da nada gratuitamente: Daanna podrá recibir su don. Sin embargo, lo que nunca imaginó era que la llave que liberaba su poder estaba en manos del hombre que le había robado y pisoteado el corazón, y que estaba a un paso de entregarse a la oscuridad. Ella luchará por recuperarlo de las tinieblas, consciente de que en la travesía por rescatar al vanirio, no sólo podría perder el orgullo que la había mantenido en pie siglo tras siglo, si no que, además, él exigiría su alma a cambio.
La eternidad y Menw McCloud eran sinónimo de martirio y también de contradicción. Él, el sanador de los vanirios keltois, era incapaz de encontrar una cura a su desesperación. Durante más de dos mil años había esperado que su inequívoca cáraid le perdonara y le diera la oportunidad de explicarse, y mientras esperaba a que eso sucediera, pagaba por un pecado que él, en realidad, nunca había cometido. Ahora, la Elegida, después de mucho tiempo atormentándolo, ya había logrado su objetivo vengándose de él y lanzándolo al abismo de la sangre y de las tinieblas. Sin embargo, el destino le tenía una última sorpresa reservada: la propia Daanna. Menw tendrá la posibilidad de entregarle el don o de hacerla caer en desgracia.
Loki busca la grieta por la que entrar al Midgard. Newscientist presiona a los clanes. Los dioses mueven ficha. Vanirios y berserkers cierran filas. Y las sombras del pasado arremeten contra dos almas destruídas que buscan la manera de cicatrizar sus heridas. ¿Cuántos secretos puede custodiar la eternidad?

En ocasiones, la mejor venganza es el perdón.

Y así, de nuevo, Lena Valenti nos deja sin palabras. Porque de verdad que no me quedan expresiones para describir lo que he sentido leyendo estos libros. Ahora me toca esperara hasta Septiembre, que es cuando saldrá a la venta el cuarto libro que compone la Saga Vanir, El libro de Gabriel. Y en los foros y las redes sociales nos ponen los dientes largos. En fin Lena, que de rodillas y con lágrimas en los ojos seguimos implorándonte que no dejes de escribir. Ah! y una preguntita, ¿para cuándo el quinto libro? jajajajajaja
Un beso, un abrazo y un mordisco!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

miércoles, 6 de julio de 2011

Mis protagonistas (Alexander)

Alexander es el jefe de los guardianes, del clan encargardo en mantener la paz entre los cazadores y los inmortales (morwins) que firmaron en su día el pacto de Maximiliano y se comprometieron a no cazar humanos para alimentarse.
Alexander es un hombre complejo, que tras ese rostro esconde un secreto. La casta de los guardianes penderá de un hilo, su liderazgo se verá comprometido, pero en la batalla final, él tendrá la última palabra y desvelará el secrto que lleva sobre sus espaldas desde hace años.

martes, 5 de julio de 2011

El libro de la Sacerdotisa (Saga Vanir II)

Cuando Ruth llegó a Londres para visitar a su mejor amiga, Aileen, nunca imaginó que se vería envuelta en una guerra entre seres ancestrales creados por los dioses Vanir y Aesir. Después de un tiempo amoldándose a su nueva realidad, los traumas y las voces del pasado han regresado para atormentarla y, poco a poco, le están robando la razón. Sin embargo, el destino le ha dado una oportunidad para encontrarse a sí misma y no dudará en aprovecharla, aunque eso la ponga en manos de un breseker moreno y taciturno que no cree en nada de lo que ella representa.

Hacía un mes y medio que Adam no dormía. Sus sueños estaba plagados de sangre, muerte y oscuridad, y en el centro de aquellas pesadillas sólo había una culpable. Una mujer de pelo rojo y ojos dorados. Una humana que no era quien decía ser: Ruth. Por eso, cuando ella lo desafía y quebranta su orden de no regresar a Wolverhampton, él no dudará en darle caza y detenerla, aunque eso implique volverse loco y mantener sus propios instintos salvajes a raya. Adam quiere desenmascararla pero, en un juego de voluntades, desidia y deseos ¿a quién se le caerá la máscara primero?

Viene tiempos de caza en el Midgard. El Ragnarök enseña sus colmillos. ¿Quién será el vancedor? ¿El lobo o la cazadora?

¿Verdadero o falso? En el amor y en la guerra todo está permitido.

Y así, de nuevo, me veo arrodillada ante lo que yo considero mi nueva religión y mi nuevo dios. La Saga Vanir y su autora, Lena Valenti. Sin palabras, sin aliento, sin casi vida ni esperanzas de poder encontrar algo digno de leer tras su saga, Lena me deja, rota, descompuesta, jadeante y con el cuerpo sacudido por el torrente de emociones que estos libro nos hace sentir. Por suerte, tengo el tercer libro, El Libro de la Elegida, y en Septiembre sale el cuarto, El libro de Gabriel. 
Pero mientras tanto, tengo que arrodillarme ante ti, Lena, y agradecer a los dioses, a los que sean, que te otorgaran el don de la escritura, de la imaginación y de hacernos sentir tantas y tantas cosas con tus libros, tus historias y tus palabras. Y os imploro, a los dioses y a ti, Lena, que jamás dejes de escribir. Y a mi suplica se le unen la de los miles de fans que tienes alrededor del mundo. 
Porque tú has creado una nueva forma de ver, vivir y entender la vida. Nos has vanirizado, a todos. ¡Y no veas como nos gusta!
Un beso, un abrazo y un mordisco!!!!!!!!!!!!!!!!!! 

lunes, 4 de julio de 2011

Mis protagonistas (Jordan y Jake)

 Jake es el padre de Kara, pero no es su padre biológico, puesto que es estéril. Crió a Kara como a su hija, pero en realidad la trataba más como un objeto de estudio que otra cosa. Jefe de un clan de cazadores, es uno de los malos malísimos de esta saga. Quiere matar a Chris y a Kara, y al resto de los inmortales. Pero Kara quiere arracarle su cabeza en el sentido más literal de la expresión. ¿Cuál de los dos conseguirá eliminar al otro antes y poner fin a la guerra iniciada cientos de años atras?
Hermano de Alice y mano derecha de Jake. con su carita de ángel, Jordan esconde el monstruo que lleva en su interior. Odia a Kara, a su hermana y a cualquiera que no sea Jake. Puede que hasta a este lo odie. Pero para Jordan, la vida no va a aser fácil, no cuando su hermana se entere de en el ser que se ha convertido y decida unirse definitivamente al lado de Kara para acabar con él y con todos los esbirros de Jake.

domingo, 3 de julio de 2011

Mis protagonistas (Alice)

Alice es la amiga de la infancia de Kara. Nuestra protagonista la salvó hace catorce años, y en ese acto, convirtió a Alice en una guardiana, que está infiltrada en las filas de Jake para vigilarlo y pasar la información a Alexander, el líder de los guardianes. Pero en Alice, nada es lo que parece, y este torbellino de enrgía inagotable nos sorprenderá en el trecer libro, revelando un secreto que nadie hubiera imaginado. Y es que Alice, es mucha Alice!!!!

sábado, 2 de julio de 2011

Mis protagonistas (Drake)

Drake es uno de los hermansatros de Chris. Este hombre, hermoso como los demas inmortales, tiene unos nervios de acero, es estudioso, se pasa la vida enfrascado entre libros y tiene el don de percibir las emociones y sentimientos de los demás como si fueran propias, pero no las puede alterar.
Drake se convierte en uno de los pilares de Kara, porque siempre sabe decirle las palabras adecuadas en el momento oportuno. La eternidad le guarda una sorpresa, que se desvelará en el último libro, Almas Gemelas, el cual estoy escribiendo.

viernes, 1 de julio de 2011

Saga Lealtad. La Protegida.


Hoy quiero hablaros de una nueva novela, de una nueva saga. La Saga Lealtad y la novela La Protegida, de Liah S. Queipo. Esta autora novel, a la que conocí por internet, nos sumerge en un mundo de vampiros, de sangre de amor y sexo.
La novela ha caído n mis manos, y aunque no he tenido tiempo de empezar a leerla, la contraportada ya te deja con ganas de empezar. Es uno de esos libros que sabes que en cuanto empieces, no vas a poder parar de leer. Y máxime si las dos opiniones que se dejan detrás son de dos autoras del calibre de Lea Tobery (autora de Resurrección) y Lena Valenti (autora de la Saga Vanir)
Liah, te prometo que en cuanto me ponga a leer tu libro, te daré mi opinión. Esperaré a que sea un fin de semana que no trabajé, porque sé que en cuanto empiece por la primera frase, ya no me podré detener. Un beso, un abrazo y un mordisco Liah. Ya sabes que me tienes para lo que quieras y en lo que te pueda ayudar.
Otra de las cosas que me ha llamado la atención, es los agradecimientos y la gente que te ha ayudado en esta novela. He visto que está Yuliss y Dianna M. Marqués, y eso lo que me viene a confirmar es que, a través de la red social Facebook, entre nosotras nos vamos ayudadno y sacando a relucir el enorme talento que hay en este país y que parece que las editoriales están dispuestas a ignorar. Señores de las editoriales, ¿qué hay que hacer en este país para que se reconozca el increíble inmenso y grandioso talento que tenemos? Bien, mientras ustedes se dedican a “ignorarnos” nosotras seguiremos haciendo piña y demostrando que con esfuerzo, tesón y dedicación, nada ni nadie nos detendrá. Vamos, lo que se viene llamando “echándole un par”. Así que desde este humilde blog, Facebookeros, bloggers, no dejemos que nos quiten las ganas de seguir luchando por nuestros sueños.
Y sin más, os dejo la contraportada del libro, la sinopsis. Sé que se os van a quedar los dientes largos, y probablemente a alguna, hasta los colmillos.
Un beso, un abrazo y un mordisco.
Con la muerte de Lincoln, el rey de los vampiros, la monarquía pende de un hilo. Bárbara, la única heredera al trono, está camuflada en el mundo de los humanos. Los seis clanes, representados coda uno por un guardián, lucharán a contrarreloj para encontrar a la princesa y mantenerla a salvo antes de la transformación y posterior coronación. Pero no lo tendrán fácil. Los Tuath, el único clan anárquico, están tratando de encontrar a la heredera para destruir su reinado. Los nosferatus, unos seres condenados al hambre eterna, están plagando la ciudad y un antiguo enemigo de la corona ha vuelto en busca de venganza.
Damián tiene muchas cualidades, pero la principal son las mentiras, no puede vivir sin ellas. Agresivo y sexy, sólo disfruta robando las ilusiones a la gente. Cuando le encargan que proteja a su futura reina se ve tentando a destruir su inocencia a base de falsas promesas. El problema es, que a veces uno, cae en su propia trampa.

“La vida de Babi da un vuelco inesperado. Sin poder evitarlo, esta chica aparentemente normal, se verá envuelta en una terrible lucha sin cuartel, en la que todo vale. Sin duda, Liah S. Queipo te sorprenderá con su LEALTAD” (Lea Tobery, autora de Resurrección)

“La cantera española de género romántico adulto da un paso al frente con Liah S. Queipo y su saga Lealtad. No te la pierdas” (Lena Valenti, autora de la Saga Vanir)