Buscar este blog

Páginas vistas en total

martes, 17 de mayo de 2011

Teorías

TEORÍAS
Ante mí se encontraban dos de los seres más bellos y dispares que alguien pudiera ver. Drake y Keinan, los hermanos medianos de Chris. Tan diferentes que parecía cómico verlos juntos, pero inseparables desde que habían entrado a formar parte de la familia de Helia. Eran como la noche y el día, distintos hasta en los más mínimos detalles, pero que se complementaban el uno al otro de tal modo que siempre se tuvo la certeza de que permanecerían juntos incluso después de encontrar pareja, permaneciendo los cuatro juntos llegado tal momento.
Keinan era una especie de armario ropero que asustaba sólo con mirarlo. De casi dos metros de altura y prácticamente la misma anchura de hombros. Sus brazos eran fuertes y musculosos, al igual que su pecho y sus piernas. Los dedos de sus manos eran tan grandes que parecían hechos de piedra, capaces de romper cualquier cosa simplemente con rozarla. Su cuello era robusto, como de níveo mármol, pero su rostro era totalmente opuesto a su cuerpo.
De cabellos rubios rojizos como pequeñas llamas reflejadas en un espejo y alborotados rizos, con una blanca piel llena de pequeñas pecas, ojos azul claros, casi blancos, y mejillas redondas, en las cuales aparecían dos pequeños hoyuelos cuando sonreía. Su rostro parecía el de un niño rollizo y mofletudo, no por ello sin dejar de ser hermoso.
A Keinan le encantaba su nueva condición de inmortal. Disfrutaba de una fuerza descomunal, sobrepasada únicamente por sus ansias de diversión, y por Chris. Era bromista, liso, llano, transparente, como un espejo. Lo que se veía era lo que había. Su rostro siempre denotaba un excelente estado de ánimo, divertido y despreocupado. Sólo una vez en sus doscientos años su rostro denotó preocupación. Cuando le herí, antes de saber que era el hermano preferido de Chris.
Drake era su opuesto. De metro setenta y cinco, fibroso, piel rojiza y espesa y negra cabellera azabache, e increíbles ojos color ceniza, sólo había que mirarlo una vez para saber que descendía de una tribu de indios nativos americanos. En su mortal vida, Drake fue el primogénito de un jefe Sioux.
Drake era la tranquilidad en persona. Jamás perdía los nervios. Los suyos eran sin lugar a dudas de acero. Rápido y veloz, más incluso que Chris, pero tranquilo y sosegado. Racional y culto. De los cinco era uno de los que más se parecía a Helia. Le gustaba la lectura, la música, el arte. Tenía tres licenciaturas en historia, dos en filología, y era compositor. Sus trescientos años habían sido muy bien aprovechados.
Keinan era la fuerza bruta. Drake el cerebro. El tándem perfecto. El equilibrio perfecto de la balanza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario